(CNA/InfoCatólica) Las estatuas eran parte de las Estaciones del Viacrucis de la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes en Sudbury, Ontario (Canadá). Algunas fueron decapitadas; lamentablemente no se encontraron las cabezas. Además, las piernas de una de las imágenes fueron parcialmente cortadas.
El administrador de la Diócesis de Sault Ste. Marie, David Sirios, declaró al diario local Sudbury Star que el acto vandálico ocurrió el 22 de mayo y que en ese momento fue denunciado a la Policía, pero que el asunto solo se hizo público recientemente, pues en un inicio la Policía quería explorar las pistas del crimen.
Además, Sirios señaló que la Diócesis ha comenzado a trabajar con un escultor para tener un costo estimado de la reparación.
«Estamos viendo diferentes artistas que tal vez podrían volver a esculpir las piezas que faltan y luego soldarlas en las estatuas actuales. Si eso no es posible, básicamente tendríamos que volver a verter seis nuevas estatuas», concluyó.
Según los medios locales de la ciudad de Sudbury, a la fecha no se han identificado a los culpables y la investigación ha llegado a un punto muerto.
Debido a la fecha del ataque de las estatuas, se presume que el acto vandálico no formó parte de la reciente serie de incidentes en los que se derribaron estatuas en medio de protestas en ciudades de los Estados Unidos, incluidas dos estatuas de San Junípero Serra que se derrocaron en ciudades del estado de California.
Las protestas en los Estados Unidos comenzaron el 25 de mayo después de la muerte de George Floyd, un hombre negro que fue asesinado por un policía de Minneapolis.
Las Estaciones de la Cruz fueron recibidas y colocadas a principios de la década de 1950. La Gruta de Nuestra Señora de Lourdes fue construida en 1907 por la comunidad francocanadiense de la región y sigue siendo un lugar de peregrinación y oración.