(ACi Prensa/InfoCatólica) Es su declaración ante la 43ª Sesión del Consejo de Derechos Humanos sobre las «violaciones actuales de los derechos humanos por motivos raciales, el racismo sistémico, la brutalidad policial y la violencia contra la protesta pacífica», el arzobispo señaló que todos los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios, por lo que tienen una dignidad inherente.
Todos los miembros de la familia humana «son iguales en su dignidad inherente, independientemente de su raza, nación, sexo, origen, cultura o religión», agregó.
Mons. Jurkovic recordó que el Papa Francisco ha llamado a poner fin «a los prejuicios, las ideas preconcebidas y la desconfianza mutua» que tienen como consecuencia la discriminación, racismo y xenofobia.
«Nadie debe sentirse aislado, y nadie está autorizado a pisotear la dignidad y los derechos de los demás», indicó. «De hecho, pisar la dignidad inviolable de los demás también es pisar la nuestra», agregó Mons. Jurkovic.
Además, el prelado llamó a los Estados a «reconocer, defender y promover los derechos humanos fundamentales de cada persona» y resaltó que con la violencia no se gana nada, pero se pierde mucho.
No podemos tolerar «el racismo y la exclusión en cualquiera de sus formas, mientras pretendemos defender lo sagrado de la vida humana», concluyó.