(OMP/InfoCatólica) Ante la llegada de la pandemia a América, Asia y África, la Santa Sede sigue recibiendo estos días numerosas peticiones de ayuda de los territorios de misión, que son atendidas por el Fondo de Emergencia de Obras Misionales Pontificias (OMP) COVID-19, que el Papa abrió con una aportación personal el pasado 6 de abril.
El obispo de Luena (Angola), Mons. Jesús Tirso Blanco dice que estas ayudas alivian su sufrimiento y «refuerzan los lazos de amor entre los cristianos».
Para seguir pidiendo la colaboración con el Fondo, OMP en España está pidiendo apoyo a jóvenes, periodistas e influencers, para que difundan sus fotos con mascarillas realizadas en Togo y el hashtag #AhoraMasQueNunca.
Más de 30 años en Angola, obispo desde el 2007
El misionero salesiano de origen argentino, monseñor Jesús Tirso Blanco, es el obispo de Luena desde 2007, aunque lleva en Angola más de 30 años. El obispo teme la llegada del coronavirus a una diócesis que apenas cuenta con un médico cada 13.000km2. Luena fue una duramente azotada por la guerra civil en Angola; es una de las diócesis más grandes del continente africano, con un tamaño casi similar a la mitad de España (223.000km2), y su población vive sin acceso al agua potable.
La distribución del agua en la diócesis ‒que es un problema crónico‒ es devastador con el COVID-19. Muchas familias no tienen agua en sus casas, lo que impide el lavado de manos, una de las medidas esenciales para evitar contagios. Además, debido a la falta de comunicación interprovincial, muchos productos necesarios «han duplicado su precio». Esto, unido al desempleo, está creando serias dificultades para que la gente pueda alimentarse y la situación se está haciendo «dramática». Para afrontar esta situación, gran parte de la población ha comenzado a plantar «mandioca y maíz, porque nos damos cuenta de que si no, no sobreviviremos en los próximos meses».
A lo largo de estos años, la Iglesia católica ha construido muchos pozos de agua que ahora permiten llevar agua a diversos puntos de la provincia. El obispo explica que están también «distribuyendo jabón y baldes de agua para la higiene en los lugares de mayor presencia de personas» y «llevando agua en una moto, con un tanque, a 80 familias donde hay gente que no puede caminar, o que tiene serias dificultades para ir a recoger el agua».
Asimismo, la Iglesia está impulsando, al sur de la diócesis, un proyecto agrícola en una zona de sequías. «En vez de distribuir comida directamente, ayudamos a que ellos mismos puedan superar y encontrar nuevas técnicas de agricultura que les ayude a superar estos momentos de crisis», explica. Por otro lado, «los boy scout de la diocesis con Cáritas han llevado comida a todos los grupos de chicos de la calle que están presentes en nuestra ciudad».
Además, incluso con los tempos cerrados, la Iglesia ha seguido ofreciendo alimento y ayuda espiritual, creando espacios nuevos para anunciar el Evangelio.
El obispo salesiano agradece al Papa la iniciativa del Fondo de Emergencia y el apoyo ordinario de OMP a lo largo de todo el año, especialmente el de España, sin el cual, diócesis como la de Luena (prácticamente destruida durante la guerra) no podrían sostenerse. «Estas ayudas por una parte alivian nuestro sufrimiento, y refuerzan los lazos de amistad y de amor entre todos aquellos que llevamos el nombre de cristianos», subraya el prelado.
Un Fondo de Emergencia para la Iglesia Misionera
El Papa Francisco creó el pasado 6 de abril un Fondo de Emergencia a través de Obras Misionales Pontificias para ayudar a las diócesis a afrontar la crisis del COVID-19. Desde entonces, católicos de todo el mundo se han sumado a esta iniciativa.
Muchos países continúan solicitando ayuda para poder mantener «abiertas» sus diócesis, en un momento en el que los fieles no pueden ayudar con sus donativos. Además de los gastos generados de forma ordinaria, la Iglesia asume ahora los derivados de la sensibilización sobre las precauciones para evitar contagios, que se realiza a través de los medios de comunicación diocesanos. Otra gran parte de las ayudas se está destinando a la compra de alimentación y material sanitario, para ayudar a las familias más vulnerables a afrontar el virus en sí, y las dificultades económicas derivadas.
Mascarillas para visibilizar la tarea misionera en la crisis sanitaria
La pandemia se está extendiendo en la mayoría de países de África, Asia, Oceanía y América. Los misioneros han dado la voz de alarma, pues no se trata solo de una crisis sanitaria, sino que ya se está sufriendo una fuerte crisis social y el hambre está generando muchísima necesidad.
Con el deseo de visibilizar el trabajo de los misioneros en la pandemia del COVID-19, OMP España está distribuyendo mascarillas africanas, hechas en Togo, a jóvenes que han hecho experiencias misioneros, a periodistas e influencers. Se les pide unirse al Papa y al Fondo de Emergencia de OMP con un simple gesto de apoyo: poniéndosela y haciéndose una fotografía en las redes sociales, con el hastag #AhoraMásQueNunca.
Se trata de una iniciativa de apoyo a los misioneros, que busca sacar a la luz la realidad que esta pandemia está provocando en los 1.111 Territorios de Misión, a los que sale en ayuda el Fondo de Emergencia de OMP.