(CNA/InfoCatólica) La investigación, solicitada por la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF), se realizó a raíz de las denuncias de abusos contra cristianos, musulmanes y otras minorías religiosas en la India. Los informes llevaron a la USCIRF a considerar la India un «país de especial preocupación» (CPC) en su informe anual de 2020. El país asiático se sumó a una lista de otros 13 CPC, entre ellos Corea del Norte y China.
«No reconocemos ningún locus standi -ndr: derecho de investigación- para que una 'entidad/gobierno extranjero' se pronuncie sobre el estado de los derechos constitucionalmente protegidos de nuestros ciudadanos», dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Raveesh Kumar, según informa India Today. El portavoz añadió que la India es una «sociedad pluralista con un compromiso de larga data con la tolerancia y la inclusión».
Aunque la constitución de la India protege la libertad de religión, el Partido Bharatiya Janata (BJP) ha manipulado la estipulación constitucional de que la libertad de religión está «sujeta al orden público», utilizando dicha cláusula para promover el nacionalismo hindú, según el informe de la USCIRF.
Uno de esos ejemplos de nacionalismo hindú es la nueva política que aceleraría la concesión de la ciudadanía de los inmigrantes no musulmanes tratándolos como refugiados que huyen de la persecución religiosa. No se conferiría la misma condición a otros 100 millones de inmigrantes, lo que podría convertirlos en residentes ilegales de la India.
Esta política provocó violentos disturbios en el noreste de Delhi el pasado mes febrero, en los que murieron 27 personas y resultaron heridas más de 200. En los disturbios, las turbas hinduistas atacaron a personas desarmadas y especialmente a los musulmanes.
Los informes indican que los hinduistas, que constituyen casi el 80% de la población de la India, han atacado sistemáticamente a los musulmanes por medio de turbas dedicadas a linchar a aquellos que sacrifican y/o comen carne de vacuno, una práctica que los hindúes consideran una ofensa religiosa. Desde que el BJP llegó al poder en 2014, ha habido más de 100 ataques de linchamiento en la India, que a menudo se originan en los medios de comunicación social. Se sabe que las fuerzas del orden arrestan a las víctimas, y no a los autores de esos ataques.
La discriminación y la violencia religiosas también se han dirigido a los cristianos en los últimos años. En enero, grupos hinduistas intentaron impedir la construcción de una gran estatua de Jesús en Bangalore. Afirmaron que un dios hindú vive en la colina donde la archidiócesis católica local planeaba erigir la estatua.
En 2008, los nacionalistas hindúes organizaron ataques contra hogares, escuelas e iglesias cristianas en Karnataka, golpeando físicamente a cientos de cristianos. El Informe Saldhana, un informe independiente sobre los ataques publicado en 2011, reveló que los ataques contaban con el respaldo de las más altas autoridades gubernamentales de la India.
Decenas de católicos de la misma región fueron atacados en 2019 mientras realizaban una peregrinación mariana, lo que dio lugar a la detención de seis nacionalistas hindúes.
La consideración de la USCIRF de la India como CPC, que precipitó la investigación, no fue unánime. Gary Bauer, el presidente de American Values, que actúa como comisionado de la USCIRF, disintió de la opinión mayoritaria, junto con otros dos comisionados.
«La línea de tendencia sobre la libertad religiosa en la India no es tranquilizadora. Pero la India no es el equivalente de la China comunista, que hace la guerra a todos los credos; ni de Corea del Norte, una prisión que se hace pasar por un país; ni de Irán, cuyos líderes extremistas islámicos amenazan regularmente con desencadenar un segundo Holocausto», dijo Bauer. «Confío en que la India rechazará cualquier tentación autoritaria y se unirá a los Estados Unidos y a otras naciones libres en defensa de la libertad, incluida la libertad religiosa».