P. Augustine Nellary: «Vi a muchos fieles llorando mientras recibían la Eucaristía»

Durante la consagración, la hostia se hace verdaderamemte la carne de Cristo y el vino, la Sangre de Cristo. A partir del momento de la transubstanciación, se conoce también a la hostia con el nombre de Sagrada Forma o Forma Consagrada.

¡¡¡ Quien también llora es el SEÑOR, porque nos ama y quiere que le recibamos, y seamos su sagrario, y algun día para siempre ¡¡¡. No lo duden. Es BUENO, FIEL, RECIO, y con una EMPATÍA INFINITA. Doy humildemente fe de ello.

Y sigue en la CRUZ rescantando nuestras almas hasta el final de la HISTORIA HUMANA. Por ello, el dolor y el sufrimiento de CRISTO no fueron unas horas, sino que se ofrecio, y por tanto se ofrece cada segundo, para rescatar a todas su CRIATURAS TAN AMADAS hasta la consumación de los siglos.

Quien a DIOS tiene nada le falta. Y sólo DIOS basta.

Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y lo bendijo, y lo partió y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. ( MATEO, 26)

Me es de suma importancia estar informada de lo quepasa para aprender cada día más

PEDRO, muy bonito comentario.
Bendiciones.

Muy bien expresado Pedro. Muchas gracias

Yo lloro pero de triteza porque aqui aun no noa lo petmiten

Cuánto extraño a mi Señor en sus Sagradas Formas, anhelando poder recibirlo nuevamente.

El hombre que lleva una máscara está representando un ritual y, por lo tanto, está cambiando su propia identidad y mostrando otra cosa de lo que realmente es. El ritual es un conjunto de normas o costumbres a realizar.

Los rituales en la Iglesia Católica no incorporan la máscara. El uso de la máscara, generalmente, está ligada a las sociedades secretas, a las sectas, a grupos cuyas creencias y prácticas mantienen una relación directa con fuerzas espirituales, de la naturaleza y del cosmos.

En el caso que nos ocupa, la mascarilla sanitaria o quirúrgica representa un ritual sanitario. Sirve para lo que ha sido diseñada y, fuera de este ritual, no sirve para nada.

La cara es el espejo del alma (animi imago, vultus), registra lo que hay en su alma (vultus est index animi). Si se cubre la cara, la persona se esconde y oculta sus verdaderas intenciones, para expresar otras distintas, que no son suyas, que no provienen de ella, sino que le han sido dadas por otros.

La cara revela la identidad de la persona humana, que ha sido hecha a imagen y semejanza de Dios. Pero la persona enmascarada ya no revela su relación con Dios y ya no se contempla como humana, porque se disfraza con un trapo grotesco, que oculta su identidad, que le impide comunicar sus emociones, que dificulta entender lo que habla. Todo se esconde debajo de una máscara.

Las personas, al usarla, muestran que están siguiendo un ritual, unas reglas, una normativa, que los adoctrina y que los adormece, llevá