(Katholische/InfoCatólica) El cardenal y arzobispo de Luxemburgo expresó su disgusto el domingo en un servicio divino transmitido en vivo por radio e Internet: «Creo que el gobierno no se preocupa por nosotros en absoluto. Eso me decepciona y me enoja», fue la conclusión del Arzobispo.
El purpurado recordó que la libertad religiosa es un derecho humano, aunque en tiempos de la pandemia de la Corona este derecho fundamental debe sopesarse con otros derechos. Por lo tanto, la iglesia de Luxemburgo también había asumido la responsabilidad, prohibiendo en una primera instancia los servicios litúrgicos públicos. Luego elaboró un protocolo para de seguirdad para recuperar el culto con fieles. El plan se envió al jefe de gobierno Xavier Bettel (Partido Demócrata) hace dos semanas, quien no se ha dignado a responder.
Cuando a mediados de marzo el gobierno azul-rojo-verde de Luxemburgo decidió cerrar la vida pública, el Arzobispado de Luxemburgo, sin dudarlo, restringió la vida religiosa y eclesiástica. Los servicios públicos de la iglesia fueron prohibidos con efecto inmediato; las ceremonias de bautismo y boda fueron pospuestas para una fecha posterior; desde entonces, la catequesis de los niños sólo se ha llevado a cabo a través de internet. El cardenal Hollerich llegó a ponerse en cuarentena absoluta durante quince días después de que un empleado de la administración de la diócesis diera positivo en Covid-19.
Las medidas, que originalmente eran válidas hasta el 3 de abril, se prorrogaron unos días más tarde hasta finales de abril. Como en otros países europeos, las celebraciones de la Pascua tuvieron lugar sin la presencia física de los fieles. El 20 de abril, la archidiócesis ordenó de nuevo la ampliación de la prohibición del culto público, señalando que se está trabajando en un protocolo de seguridad sanitaria para la reanudación de las liturgias.
El 6 de mayo, la Iglesia presentó finalmente su protocolo las autoridades gubernativas. A pesar de las repetidas peticiones, sin embargo, no hubo respuesta del jefe de gobierno Bettel, que también es Ministro de Educación. El cardenal Hollerich dijo que tampoco había respondido a un mensaje de texto de su obispo auxiliar Leo Wagener. «Absolutamente ninguna reacción, ningún diálogo. Si este es ahora el lugar de la Iglesia en la sociedad luxemburguesa, cuál no será en los próximos años», dijo el cardenal.