(Crux/InfoCatólica) El Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, publicó un plan de 50 páginas y tres etapas para reaunudar las actividades en Inglaterra (Gales, Escocia e Irlanda del Norte lo harán con otros planes) después del cierre decretado el 23 de marzo para frenar la propagación del coronavirus COVID-19.
A partir de este miércoles se permitirá a las personas salir de su casa más a menudo y participar en algunas actividades deportivas con los miembros de sus hogares.
Además, las personas que trabajen en la producción de alimentos, construcción, manufactura, logística, distribución e investigación científica en laboratorios deben volver a sus puestos de trabajo.
En junio el gobierno espera permitir los eventos culturales y deportivos, aunque tendrán lugar a puerta cerrada para evitar grandes multitudes.
Sin embargo, las iglesias no podrán abrir hasta el 4 de julio. Actualmente, todas las iglesias en el Reino Unido están cerradas incluso para la oración privada, a diferencia de lo que se permite en la mayoría de los países europeos.
«El momento y la manera de la reapertura de las iglesias toca profundas sensibilidades y necesidades espirituales. El documento y las declaraciones del Gobierno no lo reconocen», dijo el portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos de Inglaterra y Gales.
Desde dicha conferencia episcopal se asegura que la Iglesia ya ha presentado un plan detallado al gobierno, en plena conformidad con las directrices de salud pública, para que las iglesias puedan abrir para la oración privada.
«La Iglesia está dispuesta a desempeñar plenamente su papel en el grupo de trabajo conjunto con el gobierno, entendiendo que esto incluye que se permita abrir antes las iglesias para la oración privada, como un primer paso seguro hacia su uso para el culto público», afirman los obispos en la declaración.
A principios de este mes, los obispos de la Iglesia norirlandesa pidieron al Ejecutivo de Irlanda del Norte que permitiera que las iglesias se abrieran para la oración privada, ya que están al otro lado de la frontera en la República de Irlanda. Los obispos escoceses también anunciaron la creación de un grupo de trabajo que presentará un plan para reabrir las iglesias en Escocia.