(Ecclesia) «En ocasión del primero de mayo, he recibido diversos mensajes sobre el trabajo y sus problemas. En particular, me impactó el de los trabajadores rurales, muchos de ellos migrantes, que trabajan en el campo italiano», expresó el pontífice.
El Santo Padre ha aprovechado la cercanía del 1 de Mayo, fiesta del trabajo, para sumar su voz «al reclamo de estos trabajadores y de todos los trabajadores explotados», y pedir que la dignidad de las personas «sea siempre respetada».
Fe en la debilidad
En la catequesis de esta mañana, Francisco ha partido del pasaje del ciego Bartimeo a quien Jesús se encuentra en el camino. «Este pasaje evangélico nos ayuda a comprender que la oración nace de la fe, brota de nuestro ser criaturas frágiles y necesitadas, de la continua sed de Dios que todos tenemos. Bartimeo nos enseña cómo orar: con humildad y perseverancia, confiando en el Señor y abandonándonos totalmente a su misericordia», ha explicado el Santo Padre.
Ha sido la catequesis una llamada a la fe en medio de la fragilidad: «Jesús, que vio la grandeza de la fe de Bartimeo, le abrió las puertas de su misericordia y de su omnipotencia, atendió su plegaria y le concedió lo que le pedía: la vista».