(EP) El obispo de Tarazona publicó el martes 5 de mayo, un decreto sobre las medidas que se han de tomar para la apertura de los templos en la fase 1 del desconfinamiento, así como un documento sobre las medidas de prevención para la celebración del culto público en la diócesis en esta fase.
El prelado señala que, según lo previsto, el lunes 11 de mayo, comenzará esta fase, «en la que se puede reanudar la celebración en nuestras iglesias y lugares de culto», aplicando las medidas higiénicas propuestas por las autoridades sanitarias y por la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española «para proteger la vida humana y su salud y evitar la propagación y contagio del virus».
El documento recuerda que el aforo máximo será de un tercio de la capacidad de los templos y por eso el obispo ha estimado sería conveniente «que algún voluntario controlara en la puerta el número de asistentes». Se debe usar la nave principal para la celebración de todas las misas, evitando pequeñas capillas.
Los asistentes a las celebraciones deberán guardar las distancias de seguridad que se han establecido, unos dos metros, para lo que sería conveniente señalar de alguna manera los lugares que se pueden ocupar.
El obispo estima «muy recomendable» que los fieles hagan uso de mascarilla y guantes. Por su parte, las pilas de agua bendita continuarán vacías y las puertas de las iglesias se mantendrán abiertas a la entrada y salida. Además, se ofrecerá solución desinfectante para las manos, «aunque es muy conveniente que cada feligrés lleve su propio gel hidroalcohólico para que se desinfecte las manos a la entrada y salida del templo, así como antes de comulgar».
Si es posible, se recomienda el uso de alfombrillas desinfectantes donde la afluencia de fieles «sea más numerosa y frecuente». También se aconseja señalar en el interior del templo la manera de desplazarse de los fieles, si se puede con pasillos de un solo sentido. El documento considera que ayudaría marcar la distancia de seguridad en el pavimento para organizar la fila de la comunión.
Sin conversaciones
Tanto al principio como al final de la celebración, se pide evitar las conversaciones, también en la parte exterior del templo. En las iglesias más grandes y con mayor afluencia, si es posible, se han diferenciar las puertas de entrada y de salida para evitar el contacto. Igualmente, se ha de proceder a la desinfección frecuente del templo, los bancos, objetos litúrgicos y ornamentos.
Las misas diarias deberían durar entre 20 o 25 minutos y las dominicales entre 30 y 35. Se evitarán los coros, no se distribuirán hojas de cantos, ni de lecturas o cualquier otro objeto o papel. Para el celebrante, se recomienda no besar el libro del Evangelio, ni tocar el ambón y los micrófonos. Estos últimos estarán protegidos por papel film que se desechará después de la celebración.
El cáliz, la patena y los copones estarán cubiertos con la palia durante la celebración eucarística y al terminar cada celebración se limpiarán empleando un jabón neutro. Se recomienda utilizar objetos y ornamentos que no tengan un gran valor, «para colaborar a la conservación de aquellos más valiosos o de interés artístico» y habrá que evitar el uso por diversos sacerdotes o ministros de la misma indumentaria.
Comunión en la mano
El sacerdote celebrante desinfectará sus manos antes de empezar la misa, al comenzar el canon, antes y después de distribuir la comunión, que se dará en la mano, momento en el que deberá usar mascarilla.
El diálogo individual de la comunión en el que el sacerdote dice 'El Cuerpo de Cristo' y el feligrés responde 'Amén' se pronunciará de forma colectiva en un momento previo.
El saludo de la paz se sustituye por un gesto evitando el contacto directo y el cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino que se colocará en un sitio visible y se informará de ello.
Medidas en relación a otros sacramentos
El obispo de Tarazona también ha dispuesto que durante la celebración del sacramentos del Bautismo, la administración del agua debe hacerse en un recipiente al que no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los bautizandos. En las unciones, se puede utilizar un algodón o bastoncillo de un solo uso, incinerándose al terminar la celebración.
En el sacramento del Perdón, si se celebra en el confesionario, se recomienda utilizar plástico duro protector, que se desinfectará con una disolución de lejía después de cada confesión. La tela evita menos el contagio y complica la desinfección.
Las confesiones serán siempre desde un lateral y nunca por la parte frontal. Si el sacerdote confiesa fuera del confesionario, se le recomienda mantener la distancia recomendada e incluso usar una mampara entre ambos. En ambos casos, el sacerdote y el fiel han de llevar mascarilla y se ha de evitar el contacto físico.
Para el Matrimonio, los anillos y arras deberán ser manipulados exclusivamente por los contrayentes, manteniendo prudencia en las firmas y en la entrega de la documentación correspondiente.
En el caso de la Unción de enfermos, para los óleos puede utilizarse un algodón o bastoncillo como se ha indicado anteriormente y para los funerales y las exequias se seguirá los mismos criterios que para la Eucaristía y los fieles deberán evitar los gestos de afecto que implican contacto personal y mantener la distancia de seguridad.
Sacerdotes ancianos
El obispo de Tarazona considera que teniendo en cuenta la edad de algunos sacerdotes o su posible situación de riesgo por motivos de salud deben valorar ellos mismos si es conveniente la celebración de las misas públicas en esta fase 1 de la desescalada. En estos casos, se lo comunicarán al vicario general «y ruego a sus feligreses que comprendan y acepten esta decisión».
También se debe valorar si algunas iglesias y lugares de culto reúnen los requisitos higiénicos ya sea por su tamaño o su configuración o acceso. En estos casos, se puede buscar otra alternativa, como pabellones más amplios o la misma calle o plaza, siempre que la autoridad municipal lo autorice.
En aquellos pueblos donde los vecinos sean pocos y de mucha edad y, probablemente, no vayan a acudir a las celebraciones, el sacerdote debe valorar la conveniencia de celebrar la misa durante esta fase.
En todo caso, durante esta fase 1 de la desescalada monseñor Hernández dispensa del cumplimiento del precepto dominical a todos aquellos que por diversas circunstancias se vean impedidos a participar en la misa del domingo. En estos casos, se recomienda a los fieles seguirla por televisión, radio o internet, haciendo la comunión espiritual.
Por otra parte, en esta fase se mantiene la suspensión de las visitas turísticas a los templos y museos de la Iglesia, hasta nueva disposición.
El obispo de Tarazona ha pedido a todos los fieles que intensifiquen la oración por las personas enfermas, las fallecidas y sus familiares, así como por los profesionales sanitarios y por quienes están sirviendo a la sociedad en estos momentos desde sus puestos de responsabilidad profesional.
Igualmente, ha agradecido a los sacerdotes el «esfuerzo» realizado hasta ahora y la «enorme labor» realizada para ofrecer virtualmente la eucaristía a tantos feligreses, así como que se hay desprendido de sus sueldos. También se ha congratulado por las ayudas de Cáritas y cofradías hacia las residencias y los más necesitados, la oración de los monasterios de vida contemplativa y el enorme trabajo de las religiosas de vida activa.