(Fides) En el país, la infección se está propagando muy rápidamente. Ante la epidemia, el gobierno de Yaundé, como la mayoría de los países africanos, ha cerrado sus fronteras y suspendido todas las actividades académicas. Sin embargo, a diferencia de otros países, no ha impuesto una cuarentena estricta y un toque de queda nocturno.
«Nuestra estrategia de búsqueda activa de casos está comenzando a dar sus frutos», dijo el primer ministro Dion Nguthe. «Hicimos 800 pruebas (la mayoría viajeros) y más de 200 resultaron positivas pero asintomáticos. Decidimos dejarlos vivir en sus comunidades y cuidarlos».
Al describir la estrategia del gobierno para hacer frente a la pandemia, el Ministerio de Salud ha tomado una serie de medidas principales: pruebas masivas y generalizadas, colocación en confinamiento solitario y tratamiento inmediato de casos, vigilancia activa de sospechosos. El gobierno también ha decidido apostar por la formación de la población en buenas prácticas de higiene (limpieza del cuerpo y del medio ambiente, distancia, etc.) y en la distribución de dispositivos médicos (mascarillas, guantes, desinfectantes).
«Visto el aumento diario de contagios, el primer ministro ha impuesto como obligatorio el uso de mascarillas faciales para todos», explican a Fides los frailes capuchinos de Camerún. «Para quienes no cumplan con la directiva, las multas son altas»: 6.000 francos cameruneses (diez euros) para quienes no la usan y 2.000 francos (tres euros) para quienes la tienen, pero no la usan. Sabiendo lo difícil que es comprar mascarillas, cuya demanda se ha disparado en los últimos días, y que muchos no tienen los recursos económicos para comprarlas debido a las dificultades financieras en las que se encuentran, hemos decidido producir algunas localmente».
Los frailes han pedido a algunos sastres que las tejieran. «El ‘capital’ inicial -observan-, nos lo proporcionó el Centro Misionero de los Frailes Capuchinos de Milán, que recaudó fondos a través de sus benefactores. El Centro nos ha sido de gran ayuda debido a los tiempos difíciles que estamos viviendo entre la epidemia de COVID-19 y la guerra civil que continúa en las provincias de habla inglesa (que ha causado la muerte a más de tres mil personas y obligado a 30 mil a marcharse de sus casas)».
Las primeras mascarillas se realizaron en los últimos días y la distribución comenzó de inmediato. Los primeros beneficiarios han sido las personas desplazadas alojadas en las comunidades de los frailes capuchinos. «Distribuimos las mascarillas en Shisong, Mbuluf y Mbohtong», dicen los frailes en un mensaje enviado a Fides. «Esperamos que la epidemia pase rápidamente y que los cameruneses puedan reanudar su vida normal sin el peligro de contagiarse. También esperamos que la lucha entre los rebeldes de habla inglesa y los agentes de la ley de Yaundé, que actualmente están suspendida gracias a una tregua, no se reanude».