(Fides/INfoCatólica) Según fuentes militares filipinas es muy probable que los militantes de la JI hayan organizado el atentado. Se sabe que un grupo de integristas, como Dulmatin, Umar Patek y Zulkifli bin Hir (hábiles con las bombas y con experiencia en ataques terroristas), se encuentran en la zona y que su objetivo es el de desestabilizar Filipinas del Sur, ya profundamente marcada por conflictos y tensiones. La policía ha detenido a un hombre sospechando su involucración con el atentado y lo está interrogando.
El grupo separatista islámico Moro Islamic Liberation Front (MILF), desde hace años en lucha contra el gobierno de Manila entre negociaciones y ataques, ha negado cualquier intervención, condenando lo sucedido.
La bomba explotó al final de la homilía de S.E.R. Monseñor Orlando Quevedo, Arzobispo de Cotabato, pronunciada durante la Santa Misa dominical.
“Una vez más muchos civiles inocentes han sido víctimas de esta tragedia. Aún cuando se puede intuir que los fieles no han sido el objetivo específico del atentado, poner una bomba cerca de una iglesia, donde hay personas que están rindiendo culto a Dios, es un gesto verdaderamente odioso, que debe ser condenado por todos los hombres de buena voluntad” declaró el Arzobispo, quién hizo un llamado a todos los fieles: Recemos por las víctimas inocentes, por los que han fallecido y por los que están luchando entre la vida y la muerte en los hospitales, así como por los heridos. Recemos para que el Señor toque los corazones y convierta a los autores del atentado de la violencia a la paz”