(Gaudium Press) Mientras China padece notables efectos sociales y económicos por la extensión del contagio de un nuevo coronavirus originado en la ciudad de Wuhan, los miembros de las minorías religiosas resultan afectados indirectamente por las nuevas condiciones de la lucha contra la enfermedad. Las medidas tomadas por las autoridades nacionales y del extranjero hacen más difícil la búsqueda de refugio para los perseguidos mientras que quienes padecen prisión por su fe tienen mayor riesgo de resultar enfermos o perder la vida por el contagio.
En un análisis publicado por el informativo estadounidense National Catholic Register, el editor de la revista especializada en libertad religiosa Bitter Winter, Massimo Introvigne, describió aspectos poco conocidos sobre la forma como las minorías religiosas padecerán nuevas vulneraciones en medio de los temores de una epidemia. La primera limitación afecta a los creyentes que intentan huir de la persecución saliendo del país.
«Aquellos que quieren huir ahora, incluso si tienen una visa, no encuentran vuelos, y la efectividad de la visa que pueden tener para Italia y otros países está suspendida, por lo que es más difícil o incluso imposible escapar», indicó Introvigne. «Italia ha sellado la frontera con los chinos, por lo que las personas que planearon escapar, tal vez durante meses, y tal vez obtuvieron una buena visa italiana de un consulado italiano, ahora están atrapados y corren el peligro de ser arrestados si las autoridades chinas se dan cuenta de que realmente trataron de escapar».
Otra grave consecuencia de la extensión del virus golpea a los creyentes que permanecen en China y padecen prisión a causa de su fe. «Entrevistamos a muchas personas que habían estado en estos campos de reeducación: las condiciones no son saludables», comentó el editor. «Estos son lugares hacinados; y todos sabemos que cuando ocurre una epidemia, estos lugares están más en peligro que otros». Lugares donde se encuentran este tipo de campamentos como Xinjiang ya registran casos de coronavirus. Los intentos de las autoridades por encubrir los casos han agravado la magnitud del problema, mientras que nuevas normativas buscan frenar su extensión, afectando las prácticas religiosas.
Según NCRegister, hay reportes de que las iglesias, al igual que otros lugares públicos, han cerrado sus puertas para evitar que se congreguen los fieles. La Catedral de Beijing transmite la Eucaristía en línea con el fin de que los fieles participen a distancia. Estas restricciones se han extendido a diócesis en Vietnam y Corea del Sur como medida preventiva para evitar una epidemia.
Con información de National Catholic Register.