(CATHOLIC HERALD) El mundo debe alzar la voz y defender a los cristianos perseguidos, dijo el jueves el secretario de Estado húngaro para la ayuda de los cristianos perseguidos, Tristan Azbej.
Azbej fue uno de los 8 oradores en el Desayuno Nacional de Oración patrocinado por la organización Save the Persecuted Christians.
«Toda la humanidad debería ponerse de pie y ayudar a los cristianos perseguidos», dijo Azbej.
Las vidas cristianas tienen la misma dignidad que las que siguen otras religiones, dijo. Preguntó por qué las historias de persecución de cristianos, como el reciente asesinato de un seminarista nigeriano, no aparecen en las noticias, pero cuando las personas de otras religiones son discriminadas, las historias se transmiten en todo el mundo.
«¿Por qué la persecución de cristianos no está en la agenda de las Naciones Unidas, de la Unión Europea, etc.», preguntó.
«Y sé que no existe la competencia del martirio, pero tenemos que hablar sobre las estadísticas», dijo, y señaló que casi 300 millones de cristianos en el mundo son perseguidos por su fe. Esto, dijo, representa el 80% del número total de personas que enfrentan persecución por su religión, lo que significa que los cristianos son «el grupo religioso más perseguido en el mundo».
«El tema ni siquiera es mencionado en algún foro de derechos humanos», dijo.
Como Secretario de Estado para la Ayuda de los Cristianos Perseguidos, Azbej dijo que tiene una misión «doble». Su primera prioridad, dijo, es «salvar vidas», lo que hace a través de la organización sin fines de lucro «Hungría ayuda».
La otra misión, explicó, es «ser la voz de aquellos que no se escuchan. Ser la voz de los que sufren».
Azbej es, según sus palabras «el único con un cargo gubernamental que le interesa el tema de ̏cristianos perseguidos˝», algo que espera que cambie a medida que más países se preocupen por abordar la difícil situación de los grupos religiosos perseguidos.
Llamó especialmente a los países históricamente cristianos a actuar para proteger a sus hermanos cristianos, y los acusó de intentar deshacerse de sus identidades cristianas, lo que Azbej dijo que era indicativo de una «crisis de identidad cristiana».
Azbej explicó que cuando comenzó a ocupar su puesto en 2016, su enfoque principal era la persecución de los cristianos en el Medio Oriente. Ahora, dijo, que sus prioridades se han desplazado a la difícil situación de la comunidad cristiana en África occidental.
«A medida que hemos aprendido más sobre la naturaleza y el alcance de la persecución cristiana, ahora nos estamos centrando cada vez más en África», dijo. «En África occidental, está ocurriendo un genocidio, y el mundo entero está haciendo la vista gorda».
Parte del trabajo de ayuda que realiza la organización de Azbej es la reconstrucción de iglesias y comunidades que han sido destruidas por el Estado Islámico. Una ciudad al norte de Iraq se renombró con Tel Askouf, que significa «Hija de Hungría», en agradecimiento por los aproximadamente 2 millones de euros (2.2 millones de dólares) donados por el gobierno húngaro para reconstruir la ciudad.
Esto, dijo Azbej, es algo que se puede replicar en todo el mundo.
«No solo queremos ver a ̏Hijos e Hijas de Hungría˝», dijo. «Nos gustaría ver hijas e hijos de las Naciones Unidas, de los Estados Unidos o de Alemania o de la Unión Europea».