(LSN/CM/InfoCatólica) A pesar de reconocer que el documento tiene material de valor, el cardenal Koch dice que contiene una «suposición» que no puede compartir, «a saber: que la celebración Eucarística católica y la Última Cena protestante son idénticas».
El purpurado curial constata que el documento siempre «habla de la Última Cena / Eucaristía», lo que implica que «todo ya está claro. Y eso no lo puedo compartir»
«Hay muchas cuestiones abiertas con respecto a la comprensión de la Eucaristía. Por ejemplo, la idea del Sacrificio ni siquiera se menciona», advierte, añadiendo que el papel del ministerio ordenado tampoco aparece explicado y ve una «contradicción» entre lo que está escrito en el texto y la «práctica» de la propia comunión eclesial luterana.
«En Alemania, por ejemplo», continúa Koch, «en el texto que la EKD [Iglesia Evangélica de Alemania] publicó con motivo del recuerdo de la Reforma [en 2017], dice: la Reforma ha introducido una comprensión completamente nuevade la iglesia. La novedad es que ahora cada persona bautizada puede administrar los sacramentos y debe ser ordenada solo por el bien del orden externo». Tal visión no es compatible con la doctrina católcia sobre el sacramento del orden. De hecho, la postura luterana anula la doctrina católica de la sucesión apostólica.
Una simple comida
El cardenal no ha sido el único en advertir contra el documento ecuménico. Mons. Markus Graulich, SDB, canonista y subsecretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, critica el texto por «enmascarar o cuestionar continuamente el carácter sacrificial de la Santa Misa».
Graulich añade que «la dimensión vertical de la celebración de los sacramentos se ignora por completo», a la vez que «la atención se centra en el aspecto comunitario», por lo cual el resultado final es que «la Santa Misa se reduce a una comida».