(VATICAN NEWS) En promedio cada día 1 niño muere en Idlib, Siria, desde diciembre de 2019. Este es el reporte que Save the Chlidren ha publicado, en el que asegura que hasta el momento ya han muerto 36 niños y niñas y casi 300.000 personas han huido, dejando vacías las ciudades de la región.
Aumento de víctimas infantiles
A finales de abril del 2019 las tensiones habían aumentado en la región de Siria, causando un mayor número de muertes infantiles en un mes, en comparación con todo el 2018.
Sonia Khush, directora para la Respuesta Humanitaria en Siria de Save The Children, afirmó que «el número de víctimas en Idlib continúa creciendo», consecuencia de «un conflicto brutal que no perdona a nadie». Si una muerte infantil al día puede parecer demasiado, Khush asegura que estas cifras «reflejan solo una parte mínima del conflicto».
Bajas temperaturas que agravan la situación
Otro problema que ataca la región son las bajas temperaturas y el clima húmedo e invernal, lo que agrava la situación. Los bombardeos aéreos y los combates en tierra, han dejado miles de personas sin hogar, teniendo que dormir en las calles, o buscar refugio en mezquitas, almacenes vacíos o granjas. En la zona noreste de Siria existen 12 campos de desplazados, que se han visto afectados por inundaciones, algo que, junto a la escasez de combustible, hace más difícil soportar el frío invernal.
Ayuda y llamamiento de Save the Children
Por su parte, Save the Children y sus organizaciones asociadas han intervenido en la zona, ayudando a miles de personas con sus necesidades básicas, y realizando actividades que garanticen la protección de los niños. «Desde Save the Children hacemos un llamamiento a todas las partes implicadas en el conflicto para detener esta guerra contra la infancia», pidió Khush.
La Organización internacional tiene en marcha una acción de recaudación de fondos para hacer sostenible esta intervención humanitaria.
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobrevivan, aprendan y estén protegidos. Actualmente la organización trabaja en más de 120 países.