(ECCLESIA) Dentro de los actos que se están celebrando con este símbolo de Solidaridad con los Inmigrantes en la Diócesis de Málaga, la Cruz ha arribado al otro lado del Estrecho, a la ciudad autónoma donde la inmigración encuentra en multitud de ocasiones su primer contacto con Europa.
En esta jornada de jueves, tras su viaje en barco desde Málaga, se ha celebrado una vigilia en la Parroquia del Sagrado Corazón de Melilla, presidida por el vicario de la ciudad autónoma, Eduardo Reza. Un encuentro lleno de emoción y fuerte sensibilidad, que puso este símbolo en el centro de la comunidad para recordar la tragedia continua que está viviendo el Mediterráneo con la muerte de miles de inmigrantes desde hace años, instar a las instituciones a un cambio en la legislación de Extranjería y proponer una mentalidad de acogida e integración con todas las personas.
«Esta Cruz representa la lucha por un mundo sin fronteras, donde ningún ser humano sea ilegal» dijo el Papa Francisco en tragedia de Lampedusa en octubre de 2013, cuando murieron 330 personas en un naufragio de pateras. Estas palabras fueron el eje de la vigilia en Melilla.
Esta vigilia, que congregó a cientos de personas, es el preludio de uno de los actos centrales de esta ruta de la Cruz de Lampedusa por la diócesis malagueña, una oración interconfesional en la Valla fronteriza de Melilla, que tuvo lugar este viernes 27 a las 11:30 horas.