(Agencias) En el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, la fiesta mariana más sentida y celebrada en Nicaragua, tras la celebración de la misa, el obispo de Estelí y secretario de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, monseñor Abelardo Mata, se reunió con los periodistas para, una vez más, denunciar «la dura represión contra el pueblo sufriente y la persecución contra la Iglesia misma».
En primer lugar, el obispo mismo tuvo que intervenir para liberar al sacerdote Ramón Alcides Peña Silva, religioso josefino, párroco de la iglesia de Jícaro, quien había sido arrestado por la policía el sábado 7 de diciembre, mientras regresaba de una celebración en la iglesia de Nueva Segovia.
El sacerdote, fue detenido durante 12 horas acusado de «perturbar el orden público», mientras que, según las palabras escritas por el mismo sacerdote en las redes sociales, solo había ido a celebrar misa.
Monseñor Mata se refirió a la gran presencia de elementos policiales alrededor de la catedral de Estelí, con la intención de intimidar a los fieles. Al respecto, el prelado comentó: «Quizás algunos olviden que no todo terminó en el Calvario, porque después vino la Resurrección. La Iglesia siempre vio pasar el ataúd de sus perseguidores».
Mata, un fuerte crítico del Gobierno de Daniel Ortega y obispo de la diócesis norteña de Estelí, indicó que el sacerdote fue detenido el sábado en el municipio de Ocotal, departamento de Nueva Segovia, fronterizo con Honduras, y liberado este domingo.
«El delito del que lo acusan es alterar el orden público durante 31 veces» durante un oficio religioso, explicó el religioso, quien además denunció «las arbitrariedades de esta detención».
«En estos hechos se han violentado, una vez más, los derechos humanos elementales y el debido proceso», alertó el religioso, quien pidió a la Policía Nacional «responsabilizarse por estos abusos de autoridad».
Mata consideró que la institución del orden ha renunciado a su misión de proteger a los nicaragüenses desde que estalló la crisis sociopolítica el 18 de abril de 2018.
Asimismo, el jerarca católico pidió respeto a la labor pastoral del sacerdote Peña. «Es inaceptable cualquier acto de hostigamiento y persecución en contra de quien ha consagrado su vida al servicio de Jesucristo, razón por la cual no se pueden silenciar los abusos y violaciones a los derechos fundamentales de nuestro pueblo, en este caso a la libertad religiosa», señaló.
Los obispos de la Conferencia Episcopal participaron como mediadores y testigos de un fallido diálogo que se instaló a mediados de mayo de 2018 y Ortega calificó de «golpistas» a los obispos de la Conferencia Episcopal y consideró que son cómplices de las fuerzas internas y de los grupos internacionales que, a su juicio, actúan en Nicaragua para derrocarlo.