(AsiaNews/InfoCatólica ) Perseguida por su propia fe por los colegas e insultada por no haberse convertido al islam después de su matrimonio con su novio musulmán. Es la historia de Gonila Gill, de 38 años, la única periodista cristiana inscrita en el Club de la Prensa de Lahore.
Narra su historia a Asia News, llena de un continuo hostigamiento en el puesto de trabajo por parte de compañeros que deseaban que se convirtiese al islam. Hasta el punto que llegó a ser tan infeliz que decidió dimitir. «Las personas son viles -afirma- cuando dicen insultos sobre mi fe. Sin embargo no pierdo la esperanza y permanezco firme en mi religión»
Gonila dice haber «recibido de Dios el don de un marido honesto, respetuoso de mi persona y de nuestro hijo que hemos decidido bautizar como cristiano. Le estoy muy agradecido porque me ayuda y se ocupa de mí, no obstante también él esté obligado a soportar la crueldad de las personas. Me apoya a mí y a mi hijo en nuestra vida cristiana. A menudo viene a misa con nosotros y participa en las oraciones. Tengo la suerte de estar rodeada de personas que me aman, por amigos que me apoyan». Al mismo tiempo, agrega, «advierto un sentido de inseguridad de vivir en esta sociedad y estoy muy preocupada por el futuro de mi hijo».
La mujer vive en Kot Khawaja Saeed, Lahore. Desde 2002 trabajaba como periodista denunciando las discriminaciones contra las minorías en Pakistán; además se ocupaba de asuntos relacionados con la salud y la educación. Después de la tragedia del 11 de septiembre de 2001 en EEUU, fue asignada a la sección de información sobre las minorías, para contar las historias y dificultades de los grupos religiosos minoritarios.
Allí conoció a Husnain Jamil, periodista musulmán de inspiración laica y se enamoraron. Se casaron ante un tribunal en secreto el 8 de agosto de 2014; luego el 13 de enero de 2015 coronaron su sueño de amor con una ceremonia mixta celebrada en una iglesia. Tanto su novio como las respectivas familias eligieron no «imponer» la fe al otro y respetar las respectivas tradiciones religiosas.
En ese punto iniciaron las discriminaciones en el trabajo, primero porque Gonila no se había convertido al islam, después porque la pareja no tenía hijos. «Me decían -cuenta- que no quedaría embarazada hasta que no me hubiese convertido». Por su parte, el marido siempre defendió la elección de la mujer y fue llamado «infiel» por los fundamentalistas musulmanes. «Todos nacimos iguales delante de Dios -afirma- y debemos donarnos el mismo respeto, no obstante las diferentes religiones. Debemos unirnos y difundir la paz y la coexistencia, respetando la fe y el credo de cada uno».
Después de 4 años de matrimonio, continúa la periodista; «Jesús bendijo nuestra pareja con el nacimiento de un hijo varón». En aquel momento surgieron nuevas molestias, porque la comunidad quería que el niño tomase la religión del padre, el islam. En cambio Gonila y Husnain decidieron bautizarlo y llamarlo Abrahán. «No me interesa lo que digan las personas de mí -dice el marido- lo único que importa es que soy feliz junto a mi esposa y a mi hijo».
Al final las presiones contra la periodista se volvieron insistentes, tanto que decidió dimitir. «Estoy triste -dice- porque nos dicen que Abrahán no tendrá jamás un futuro bueno en Pakistán a causa de nuestra fe. Me siento insegura y no respetada por la sociedad». Para Gonila, el gobierno «debe garantizar la protección a familias como la nuestra, de modo que podamos vivir en el debido respeto y dignidad».