(La Razón) El nuevo prelado era hasta ahora vicario episcopal de la archidiócesis de Fortaleza (Brasil) en la región de Nossa Senhora da Assunção y párroco de la parroquia de São Pedro.
Por su parte, la oficina de prensa de los Agustinos Recoletos ha destacado que el nombramiento episcopal de López Mauleón es el segundo de un agustino recoleto en apenas dos días.
«Este miércoles, la Santa Sede anunció la elección de Darío Rubén Quintana, religioso argentino, como obispo auxiliar de Mar del Plata (Argentina). Con estas nuevas designaciones, son ya 21 obispos agustinos recoletos en todo el mundo», han informado.
Jesús María López Mauleón nació en Mues (Navarra) el 5 de marzo de 1955. Ingresó en el seminario de los Agustinos Recoletos en Fuenterrabia (Guipúzcoa) en 1971. En 1975 inició la etapa de noviciado en el convento de Monteguado (Navarra). Realizó el curso de Filosofía en el Seminario de San Nicolás de Tolentino en Fuenterrabia, Guipúzcoa entre 1973 y 1975. Hizo su profesión religiosa en la Orden de los Agustinos Recoletos el 18 de octubre de 1980 y recibió la ordenación sacerdotal el 18 de julio de 1981 en Marcilla (Navarra) de manos del obispo agustino recoleto de Marajó (Brasil), monseñor Alquilio Álvarez.
Tras ser ordenado, desempeñó su labor pastoral en España, pasando por Chiclana de la Frontera (Cádiz), Madrid, Zaragoza, Santa María de Águila (Almería) y Lodosa (Navarra).
En 1999 fue designado para constituir, junto a otro religioso, la nueva presencia de los Agustinos Recoletos en la diócesis de Tianguá, en Ceará (Brasil).
Desde entonces trabajó como misionero en Brasil. Ha estado destinado en Guaraciaba, Franca, la Prelatura de Lábrea y Fortaleza.
Desde 2015 era vicario episcopal de la archidiócesis de Fortaleza de la región de Nossa Senhora da Assunção, así como párroco de la parroquia de São Pedro, en Barra do Ceará (Fortaleza).
El Prior general de la Orden de Agustinos Recoletos, Miguel Miró, ha recibido con alegría los nombramientos de los agustinos recoletos Jesús María López Mauleón y Darío Rubén Quintana, especialmente porque «pueden aportar su conocimiento y su experiencia de vida fraterna».
Miró ha deseado a los nuevos obispos que encuentren en el Papa Francisco y en San Agustín dos modelos de pastores «que caminan con el pueblo».