(InfoCatólica) El féretro con los restos de Franco fue portado a hombros por ocho familiares varones, entre ellos Luis Alfonso de Borbón, pretendiente legítimo de la casa real francesa y primo segundo del actual monarca constitucional de España, mientras que el resto les siguió a paso lento, hasta depositar el féretro en un coche.
Fue en ese momento cuando se escuchó en la explanada del Valle el grito de «¡Viva España, Viva Franco!».
La Ministra de Justicia del gobierno en funciones estuvo presente en toda la ceremonia como Notaria mayor del Reino. El mismo gobierno que aseguró que todo se haría de forma discreta, ha organizado un show televisivo por medio de la Televisión pública.
El féretro estaba cubierto por un pendón con el escudo de armas del Generalísimo que lleva incluida la Cruz Laureada de San Fernando, la máxima recompensa militar que se entrega en España y que le fue concedida por el triunfo de sus tropas en la guerra civil española. Sobre el pendón había una corona de laurel adornado con cintas con los colores de la bandera española.
Tras llegar a su nuevo destino, el ataúd fue extraído del interior del helicóptero en el que fue trasladado y tras ser instalado de nuevo en un coche fúnebre, emprendió camino hacia el camposanto, donde la familia se hizo cargo de los restos. La ministra de Justicia permaneció dentro de la pequeña capilla del panteón, dando fe de la inhumación, hasta que el ataúd fue de nuevo sellado bajo tierra.