(InfoCatólica) El tema ya lo había estudiado el arzobispo emérito de Caracas en uno de los tres análisis que presentó sobre el Intrumentum laboris, antes del inicio formal del encuentro. Considera que el tema no es el «más importante», pero sí «muy polémico», y por ello dedica nuevas reflexiones este 21 de octubre, aprovechando que el Sínodo entra en su recta final.
«Repito, hay muchas interrogantes serias sobre la ordenación de esos buenos ancianos casados. Y no resolvería los problemas de la situación actual. Yo no la veo conveniente ni útil», ratifica el cardenal Urosa en el documento enviado a los medios de comunicación.
Vivir la castidad perfecta
Considera muy legítima la preocupación por una mejor atención pastoral a esas poblaciones indígenas; sin embargo, habla de la necesidad de «buscar una solución a la falta de sacerdotes». Urosa se aferra a lo sostenido en el Instrumentum laboris: «afirma claramente la vigencia de la disciplina del celibato sacerdotal como don para la iglesia».
Argumenta que los presbíteros de rito latino y muchos también de las Iglesias orientales, «elegimos libremente consagrar nuestras vidas a Dios y a la Iglesia».
«Para ello renunciamos al matrimonio y nos comprometemos religiosamente con Dios a la vivencia de la castidad perfecta. Algo que conviene perfectamente con la naturaleza del sacerdocio, que es configuración a Cristo, sumo y eterno sacerdote y buen pastor».
Venezuela es un digno ejemplo
El cardenal Urosa propone al Sínodo para la Amazonia una posible solución a la carencia de sacerdotes que allí se discute. «Creo que la solución a la atención de las comunidades está en que haya una mayor actividad evangelizadora y santificadora, para fortalecer la vida de fe en esas comunidades cristianas sin sacerdotes», dice en el documento.
Sostiene que la evangelización, junto con la pastoral juvenil y vocacional proporciona resultados, a mediano y largo plazo. «Lo hemos visto en Venezuela», acota el Purpurado, colocando como ejemplo a varias iglesias particulares del país: «Diócesis como Coro, Maracay, Maturín, Barcelona, Valencia, San Felipe, La Guaira, entre otras, registran un aumento significativo de vocaciones sacerdotales en los últimos 40 o 50 años».
Finalmente, el cardenal Jorge Urosa Savino pide a Dios «que el Espíritu Santo ilumine a todos los participantes de esa magna asamblea».