(CNA) Las manifestaciones políticas en Haití han interrumpido los programas de ayuda y aumentado las dificultades económicas, dejando a los Servicios de Socorro Católicos preocupados por el estallido de otra crisis humanitaria.
«Hay una abrumadora sensación de pánico que crece día a día», dijo Chris Bessey, representante de CRS para Haití.
«Los caminos están cerrados. Las personas están atrapadas en sus hogares. Los niños están fuera de la escuela. Estamos al borde de otro desastre humanitario si los disturbios continúan sin cesar», dijo el 17 de octubre.
La semana pasada, miles de manifestantes antigubernamentales que intentaban marchar hacia la residencia del presidente se enfrentaron con la policía.
Las protestas violentas han estallado de manera intermitente en el país desde julio de 2018. Según un informe de la Misión de las Naciones Unidas para el Apoyo a la Justicia en Haití, las manifestaciones en febrero dejaron 34 muertos y otros 102 heridos.
Los manifestantes pidieron la renuncia del presidente Jovenel Moïse, acusado de mal manejo de miles de millones de dólares en ayuda dada al país después del huracán Matthew en 2010. Las fuerzas opositoras solicitaron la instalación de un gobierno de transición.
En 2018, un tribunal haitiano publicó un informe sobre el programa de subsidio a la filial de petróleo venezolano y la corrupción gubernamental. Según el York Times, el informe encontró que 2 compañías controladas por el presidente habían recibido el mismo contrato gubernamental para construir la misma carretera.
Debido a las manifestaciones, hay una deficiencia en el suministro de las necesidades básicas como el combustible y el agua potable. Esto ha cerrado hospitales, orfanatos y escuelas. Según el New York Times, la inflación es de casi el 20%.
«Estamos sintiendo los primeros síntomas de lo que podría estallar en una catástrofe. Una vez que llegue el desastre completo, la reacción será complicada por la falta de seguridad, transporte y otros servicios», dijo Bessey.
CRS es una de las organizaciones de ayuda más grandes que funcionan en Haití. Promueve iniciativas educativas, de salud y agrícolas. Bajo un programa del Departamento de Agricultura y los Estados Unidos, CRS ha ayudado a casi 35.000 personas a recuperarse después del huracán Matthew.
Sin embargo, todos estos programas han sido interrumpidos o detenidos debido a las manifestaciones. En respuesta, Bessey ha alentado a los estadounidenses a ofrecer apoyo.
«Como resultado de innumerables desastres naturales y provocados por el hombre, los haitianos han sufrido una enorme cantidad de traumas a lo largo de los años. Pero son resistentes. Solo necesitan el apoyo continuo de la comunidad internacional», dijo Bessey. «Estamos suplicando a la gente estadounidense que no abandone a Haití. No dejen que el pueblo haitiano sufra en silencio».