(La Página) El expárroco de la iglesia Santa Cruz de Roma ha sido absuelto por la justicia civil, mientras que los tribunales eclesiásticos le declararon culpable sustentados en las primeras declaraciones de la víctima y de otras dos hermanas gemelas que igualmente lo acusaron en un principio, pero que en el transcurso del proceso se retractaron.
«Doy las gracias a Dios, Él me puso esta prueba y Él me sacó», expresó Molina Nieto, quien aseguró que nunca había visto a su acusador y que no fue sino hasta este martes que lo conoció, así como recordó que las hermanas gemelas se retractaron por escrito el año pasado.
«Recen siempre por mí, si Dios y el Santo Padre el Papa Francisco lo permiten, volveré como siervo inútil a servir a los más pobres. Panchimalco, gracias por su cariño que siempre me mostraron en estos 3 años 7 meses y 22 días de cargar calumnias. Dios sane las heridas que produjo todo este escándalo», agregó el sacerdte.
Del mismo modo, Molina dijo que ya ha perdonado a las personas que le intentaron hacer daño. «Sepan que perdono a las gemelas y al desconocido (en referencia a Mendoza Martínez). No guardo rencor para nadie, todo ha sido para bien mío», señaló el sacerdote.
Sin embargo, lamentó que sus superiores religiosos no investigaron en profundidad las acusaciones y tomaron la decisión de suspenderlo aún sin escuchar su versión. Asimismo, señaló que ya no iba a dar declaraciones al respecto, y que espera que Mons. Escobar Alas y el cura Rafael Urrutia expliquen qué va a pasar con su futuro dentro de la iglesia ya que ellos fueron los que lo sancionaron.
«Todavía no se lo que viene, pero ya lo afrontaré con mayor paciencia y serenidad, quiero que sepan que yo no tengo odio, ni rencor, ni deseo de venganza con nadie», manifestó.
El arzobispo declaró que tenía conocimiento de que la jueza que había llevado el caso del expárroco iba a trasladar la sentencia civil a la jurisdicción eclesiástica a través del Nuncio y que era posible que tuviera efectos canónicos, pero que aún no sabía cuáles, porque estos trascendían a su competencia, ya que la dimisión del estado clerical de José Antonio Molina Nieto fue decretada por la Santa Sede.