(Diócesis Getafe) Los fieles asistentes pudieron participar en ponencias, talleres, conciertos y diferentes actividades enmarcadas en el Año Jubilar del Centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón.
En la homilía, Mons. Ginés García Beltrán señaló que este congreso ha sido «una verdadera y bella manifestación de la Iglesia, con sus familias, jóvenes, carismas y ministerios».
El prelado diocesano pidió que «los discípulos misioneros sean arriesgados, con una identidad clara, fortalecidos por la oración y la práctica de los sacramentos, y audaces en la evangelización por Cristo».
Cardenal Omella
El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, destacó en la ponencia pronunciada en el Congreso de Evangelización que «no se evangeliza si no se está enamorado de Dios».
El cardenal aseguró que «en el Corazón de Cristo se nos revela el misterio de la ternura divina».
«El abismo insondable del amor de Dios Padre se ha vertido en el corazón humano del Hijo, y se nos ha hecho absolutamente próximo y accesible por el don del Espíritu. Este amor encarnado en el que se nos entrega la misma Trinidad, y en el que nuestro modo humano de sentir y de amar se abre a la comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu, constituye el misterio central de nuestra fe», afirmó.
El purpurado se refirió al Corazón de Cristo como «un misterio de amor vulnerable, sujeto al frío y al calor, a la fatiga, al hambre, a la sed, sensible sobre todo al desdén, y aun al violento rechazo de quienes no lo reconocen como fuente de vida. Un misterio donde el querer divino se ha hecho tan próximo a los hombres, que llora con sus penas y se goza con el consuelo de quien se sabe amado y rescatado».
El misterio del Corazón de Jesús «no es accesible para todos», según el cardenal. «La dureza de corazón de no pocos les impidió, y les sigue impidiendo, reconocerlo. Jesús se refiere a los que lo han percibido con una categoría sorprendente: los pequeños (nêpíois, cf. Mt 11, 25). ¡Qué sorprendente paradoja: ¡lo más grande sólo es accesible a los pequeños! Son los que el papa Francisco llama ‘los santos de la puerta de al lado’. Ellos son nuestros primeros maestros», explicó.
El arzobispo de Barcelona también destacó la «sencilla profesión de confianza» del ‘En Vos confío’, que «nos devuelve la luz y evita que caigamos en la trampa de buscar la admiración de los demás. Esa invocación de confianza es también una invocación de descanso, un descanso que brota de la experiencia inmediata de su Amor y de la confianza ilimitada de nuestra fe».
El cardenal destacó que a este congreso se iba «a descansar en el Señor, a dejarle nuestras cargas y recargarnos con sus intenciones».
En su intervención, el arzobispo de Barcelona quiso destacar dos los ‘defectos’ del Señor, que demuestran su grandeza: «Su falta de memoria, que hace que no recuerde nuestros pecados, y que su desconocimiento de la contabilidad, ya que para Él una oveja perdida vale igual que las otras 99».
Monseñor Munilla
El obispo de San Sebastián, D. José Ignacio Munilla, abrió la segunda jornada del congreso con una ponencia en la que disertó sobre el Corazón de Jesús como un misterio que se ha de creer.
Según Mons. Munilla, el Sagrado Corazón es quien «nos envía a evangelizar como Iglesia con su movimiento de sístole y diástole continuo, que hace que el Reinado de Dios se siga extendiendo entre nosotros».
Ese Corazón de Jesús «genera Iglesia» y en él «se combinan perfectamente la búsqueda de felicidad del hombre y la llamada que nos hace Dios a la santidad», señaló el prelado.
Para Mons. Munilla, «el Corazón de Cristo permite superar la dicotomía entre antropocentrismo y teocentrismo, porque en su centro se unen hombre y Dios».
Según el obispo de San Sebastián, «el Corazón de Jesús nos señala el don mas precioso de Dios después de la creación, que es la revelación».
Para Mons. Munilla, el Sagrado Corazón es «un milagro de comunión, al que entramos solos y salimos como Iglesia».
En su exposición, el prelado vasco también tuvo palabras para la Virgen e invitó a los fieles a seguir el ejemplo de la Madre de Cristo. «Siendo plenamente de María seremos plenamente de Dios, como Jesús es también plenamente suyo», afirmó Mons. Munilla.
«Todos los que hemos asistido a este congreso estamos llamados a unirnos a la Pasión de Cristo, y tenemos que hacerlo siguiendo el ejemplo maternal de María, que nos enseña a vivir con plena entrega y nada de voluntarismo, en santo abandono, diciendo en Vos confío», explicó el obispo de San Sebastián.