(TGCom/InfoCatólica) El alcalde, Alan Fabbir, perteneciente a la Liga de Matteo Salvini, ordenó un censo para averiguar qué institutos carecían del símbolo religioso, para a continuación poner fin a esa ausencia. «Sin hacer ruido colocamos un crucifijo en cada escuela. Creemos que es un símbolo, además de religioso, de una identidad histórico-cultural, de paz y amor», explicó el alcalde.
El costo total fue de 1703 euros. Para evitar que la factura fuera elevada, se eligió un modelo básico, con una cruz de madera y un cuerpo de metal plateado.
Alan Fabbri, que reconoce ser católico pero no practicante, considera que el crucifijo está «ligado a nuestras raíces cristianas».
No es la primera vez
El edil también adoptó esta medida en el municipio de Bondeno, una pequeña ciudad de la que fue alcalde.