(EP) Así lo ha indicado durante su homilía en la Solemne Eucaristía en la Basílica de Covadonga con motivo del Día de Asturias, donde ha tenido palabras de recuerdo para las 111 familias de la Cuenca langreana que podrían estar afectadas por un ERE si la factoría Vesuvius sigue adelante con los planes que ha anunciado.
Del mismo modo, ha valorado positivamente las palabras del presidente del Principado, el socialista Adrián Barbón -que ha participado por primera vez en la misa de La Santina-, llamando al diálogo y al acuerdo. En ese sentido, las ha considerado un «acierto» y ha abogado por la colaboración entre la Iglesia y el Principado.
Uso y abuso del servicio público
«Los problemas que tenemos en la región serían de modo distinto resueltos si en lugar de mirar sólo por nuestros intereses partidistas tuviésemos una mirada amplia por Asturias colaborando mutuamente», ha destacado Montes, que ha apuntado que en algunos escenarios de la cosa pública «hay palabras vacías, intereses inconfesables, objetivos cortoplacistas y un uso y abuso del servicio político, trocándolo en un manejo de las cosas, los tiempos y los recursos a disposición, para un simple aprovechamiento de la propia vanidad, o del mantenimiento o conquista del poder por el poder».
«El ombligo de nuestra mezquindad nos acorrala egoístamente empujándonos a mentir, a calumniar, a socavar la convivencia levantando muros o volviendo a reabrir trincheras con tantos pretextos que hacen que la colaboración sea una quimera», ha indicado.
Sin embargo, para el Arzobispo, las palabras de Barbón a favor del diálogo son «justas» y «sinceras», además de que marcan «el verdadero camino viable». Ha querido agradecer Sanz Montes la asistencia del presidente a Covadonga y ha recordado que él acude a los lugares donde le invitan.
«Represento a un pueblo, el cristiano, que está inmerso con su ciudadanía en medio de esta sociedad plural. Si por algún motivo ideológico yo censurase o fuera censurado en la presencia que con respeto ciudadano y cortesía institucional nos brindamos, estaríamos cercenando el buen sentido, la respetuosa cordialidad y la mutua colaboración en tantos asuntos que el servicio a esta sociedad, reclaman como recíproco entendimiento entre las instituciones que representamos», ha afirmado.
La familia, perseguida
Por otro lado, el Arzobispo ha asegurado que la familia «está siendo perseguida por quienes tienen miedo de ella por la fortaleza que ella entraña, por quienes no protegen la vida ni la quieren verdaderamente educar». «Sería enojoso hacer el elenco del desmantelamiento de lo que significa la familia en todos sus frentes: se destruye la vida que por un módico precio no dejan que nazca, se destruye la vida no ayudando a la mujer por prepotencia machista o demagogia feminista, se destruye la vida cuando se quita a los padres su responsabilidad educativa, se destruye la vida anciana o enferma terminal cuando se la echa como residuo a un cubo de basura», ha indicado.
Con todo, se ha mostrado agradecido por que se hagan «esfuerzos» políticos y sociales para «defender a la mujer, al hijo de sus entrañas, a los ancianos y enfermos terminales, sin un rédito aprovechado de interés electoral». «La familia -que ha definido como la unión de un hombre y una mujer- es una planta delicada que hay que proteger e incentivar», ha sentenciado.