(InfoCatólica) El cardenal Silvestrini estuvo involucrado en actividades diplomáticas de la Santa Sede durante el tiempo de la ospolitik vaticana, consistente en lograr un acercamiento a las dictaduras comunistas de Europa del Este, todas ellas bajo el paraguas de la Unión Soviética.
Grupo de San Galo
En la presentación de su biografía autorizada en septiembre del 2015, el arzobispo emérito de Bruselas, cardenal Godfried Danneels (fallecido el pasado 14 de marzo), reconoció que él y otros cardenales, unidos por el deseo de «modernizar» la Iglesia, formaron un grupo de presión («mafia» según sus palabras) para impedir la elección de Benedicto XVI en el cónclave del año 2005 y oponerse a él una vez elegido.
Los miembros del Grupo de Saint-Gall/Sankt Gallen (San Galo en español), eran, aparte del cardenal Dannels, el cardenal arzobispo de Milán, Carlo Mario Martini (fallecido en 2012) y su compatriota Achille Silvestrini (hoy fallecido), así como, los cardenales alemanes Walter Kasper y Karl Lehman, el británico Basil Hume (fallecido en 1999) y el obispo holandés Adriaan Van Luyn.
El grupo cardenalicio pretendía, en palabras del cardenal Danneels, «una drástica reforma de la Iglesia para hacerla mucho más moderna» y por ello pretendían que en aquel cónclave del 2005, el elegido como Papa fuera el cardenal y arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio.
Intensa actividad diplomática con varios papas
El Cardenal Silvestrini nació en Brisighella (Italia), en 1923. Fue ordenado sacerdote en 1946 y a los 30 años ingresó al servicio diplomático en la Sección del Vaticano para Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios de la Secretaría de Estado, que se ocupó de los problemas de Vietnam, China, Indonesia y el sudeste de Asia.
Fue colaborador de los secretarios de Estado, cardenales Domenico Tardini y Amleto G. Cicogani. Luego fue puesto a cargo del Sector de Organizaciones Internacionales.
El Cardenal también desempeñó un papel importante en las negociaciones entre las autoridades italianas y la Santa Sede sobre el acuerdo de revisión de los Pactos Lateranenses en 1984.
Previamente, en la década de 1970, el Cardenal Silvestrini fue un representante clave de la Santa Sede en el tema de los límites para las armas nucleares. Como participante en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, viajó a sesiones en Helsinki y Ginebra.
En 1971 acompañó al Cardenal Agostino Casaroli a Moscú para entregar el documento de adhesión de la Santa Sede al Tratado de no proliferación de armas nucleares.
El Cardenal también encabezó las delegaciones de la Santa Sede ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el uso pacífico de la energía nuclear y la conferencia que puso en vigencia el Tratado sobre la no proliferación de armas nucleares.
Cardenalato
En julio de 1973 fue nombrado subsecretario del Consejo de Asuntos Públicos de la Iglesia (que en 1988 se convirtió en parte de la Secretaría de Estado en la Sección de Relaciones con los Estados). Seis años después fue nombrado secretario del mismo consejo y ese mes fue ordenado obispo.
San Juan Pablo II lo promovió a arzobispo en mayo de 1979, antes de elevarlo a cardenal en junio de 1988, a la vez de su nombramiento como jefe de la Signatura Apostólica, la corte suprema del Vaticano.
El Cardenal Silvestrini no votó en los cónclaves que eligieron al Papa Benedicto XVI y al Papa Francisco, ya que había superado los 80 años de edad, el límite canónico para participar en un cónclave.
En su ministerio sacerdotal, el Purpurado estaba conectado con Villa Nazaret, una institución para ayudar a los jóvenes y desde 1969 había animado a una comunidad compuesta por un grupo de graduados universitarios, profesionales y simpatizantes.