(Gaudium Press) Con el objeto de conservar de manera preventiva el patrimonio cultural presente en la Catedra de Sevilla, se ha instalado en el templo español un completo sistema inalámbrico de registro ambiental que mide con antelación los cambios en las condiciones climáticas para preservar tanto su interior como su exterior.
Se trata de 23 puntos de control con tecnología desarrollada por la empresa TSA -dedicada a la conservación del patrimonio-, que han sido distribuidos en toda la edificación. Su función es medir la temperatura y la humedad relativa ambiental para así obtener datos que brinden información valiosa para la labor diario de conservación de la Catedral, que puede verse afectada por diferentes factores como la humedad del aire y su movimiento, la temperatura, la iluminación, entre otros.
Al respecto han referido los conservadores del templo catedralicio, Jaime Navarro, arquitecto conservador; y Ana Isabel Gamero, conservadora de Bienes Muebles, en el informe sobre la nueva tecnología instalada: «El ingente patrimonio que alberga la Catedral requiere unas condiciones ambientales -fundamentalmente temperatura y humedad- para su correcta conservación y la de sus valiosísimos contenidos. Por ello, es fundamental realizar continuas mediciones de estos parámetros a lo largo del tiempo».
En el informe, los conservadores, explican que la medida más perceptible es la instalación del sistema inalámbrico de registro de las condiciones ambientales que mide segundo a segundo, y desde varios parámetros, los cambios ambientales.
El sistema instalado posee una ventaja; su versatilidad, ya que permite que a futuro se instalen otros sensores. Navarro y Gamero lo exponen en el informe: «El sistema instalado es muy versátil y permitirá en el futuro la incorporación de nuevos sensores de muy variado tipo pudiendo ser medidos parámetros de muy diversos: condiciones ambientales, arquitectónicas, conteo de personas (...)».
La Catedral de Sevilla es uno de los templos católicos más grandes del mundo, su estilo es gótico, siendo el templo gótico más grande del mundo. Fue declarada en 1987 Patrimonio de la Humanidad, y en 2010 Bien de Valor Universal Excepcional. De ahí la importancia de su conservación.
Su construcción inició a principios del siglo XV tras la demolición de la antigua mezquita aijama de Sevilla, de la que solo se conservó, con modificaciones, la Giralda y el patio de los Naranjos.
Simbólicamente el templo fue finalizado en octubre de 1506 con la colocación de la última piedra en la parte más alta del cimborio. Desde allí, y en el trascurso de los siglos, a la Catedral se le fueron añadiendo diferentes elementos, sobre todo en su interior.
La Catedral alberga los restos mortales de Fernando III el Santo, su hijo Alfonso X el Sabio, así como de Cristóbal Colón, entre otros.
Con información de la Catedral de Sevilla y de la Archidiócesis de Sevilla.
