(Zenit/InfoCatólica) La presentación del documento de trabajo para el Sínodo ha tenido lugar este lunes, 17 de junio de 2019, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, a cargo del Cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos, Mons. Fabio Fabene, Subsecretario del mismo organismo y el padre jesuita Humberto Miguel Yáñez, Profesor titular de Teología Moral en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Tres partes: voz, clamor y desafíos
El documento se divide en tres partes: La Voz de la Amazonia, Ecología Integral: El clamor de la tierra y de los pobres y Iglesia Profética en la Amazonia: Desafíos y esperanzas.
La primera parte, «La voz de la Amazonia», se divide en cuatro capítulos: vida, territorio, tiempo y diálogo. La voz de la región es entendida como «escucha del territorio» para llegar a una conversión pastoral según Evangelii gaudium. Esta parte «trata temas de gran importancia para entender la realidad panamazónica», ha señalado el Cardenal Baldisseri.
Ecología integral
La ecología integral es el tema de la segunda parte del Instrumentum laboris, subraya la realidad del territorio del Amazonas para una conversión ecológica según lo propuesto en la encíclica Laudato si’.
Esta parte, a su vez, se subdivide en nueve capítulos: Destrucción extractivista; Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV): amenazas y protección; Migración, Urbanización; Familia y comunidad; Corrupción; La cuestión de la salud integral; Educación integral; y la conversión ecológica.
Desafíos y esperanzas con rostro amazónico
El tercer tema que se indica en el documento de trabajo para los padres sinodales es «Los desafíos y esperanzas de la Iglesia profética en Amazonia con rostro amazónico y misionero».
La Asamblea Especial para la Región Panamazónica «promete ser una reflexión pastoral abierta al reconocimiento de la diversidad, a la escucha de la realidad amazónica con todas sus facetas culturales y eclesiales», ha indicado el Cardenal Baldisseri, la imagen de una Iglesia «con rostro amazónico, valiente en su proclamación profética del Evangelio en defensa de la Creación y de los pueblos indígenas».
Algunos puntos de interés del documento:
12. La búsqueda de los pueblos indígenas amazónicos de la vida en abundancia, se concreta en lo que ellos llaman el “buen vivir”. Se trata de vivir en “armonía consigo mismo, con la naturaleza, con los seres humanos y con el ser supremo, ya que hay una inter-comunicación entre todo el cosmos, en donde no hay excluyentes ni excluidos, y que entre todos podamos forjar un proyecto de vida plena”.
17. Las comunidades consultadas también han enfatizado el vínculo entre la amenaza a la vida biológica y la vida espiritual, es decir, una amenaza integral. Los impactos provocados por la destrucción múltiple de la cuenca panamazónica generan un desequilibrio del territorio local y global, en las estaciones y en el clima. Esto afecta, entre otras cosas, la dinámica de fertilidad y reproducción de la fauna y flora, y a su vez a todas las comunidades amazónicas. Por ejemplo, la destrucción y contaminación natural afectan a la producción, al acceso y a la calidad de los alimentos. Y en este sentido, para cuidar responsablemente la vida y el “buen vivir”, es urgente enfrentarse a tales amenazas, agresiones e indiferencias.
21. En el territorio amazónico no existen partes que puedan subsistir por sí solas y solo externamente relacionadas, sino más bien dimensiones que constitutivamente existen en relación, formando un todo vital. De allí que el territorio amazónico ofrezca una vital enseñanza para comprender integralmente nuestras relaciones con los demás, con la naturaleza, y con Dios, como plantea el papa Francisco (cf. LS 66).
25. La vida de las comunidades amazónicas aún no afectadas por el influjo de la civilización occidental, se refleja en la creencia y en los ritos sobre el actuar de los espíritus, de la divinidad – llamada de múltiples maneras – con y en el territorio, con y en relación a la naturaleza. Esta cosmovisión se recoge en el ‘mantra’ de Francisco: “todo está conectado” (LS 16, 91, 117, 138, 240).
26. La integración de la creación, de la vida considerada como una totalidad que abarca toda la existencia, es la base de la cultura tradicional que se transmite de generación en generación a través de la escucha de la sabiduría ancestral, reserva viva de la espiritualidad y cultura indígena. Dicha sabiduría inspira el cuidado y respeto por la creación, con conciencia clara de sus límites, prohibiendo su abuso. Abusar de la naturaleza es abusar de los ancestros, de los hermanos y hermanas, de la creación, y del Creador, hipotecando el futuro.
29. Los pueblos amazónicos originarios tienen mucho que enseñarnos. Reconocemos que desde hace miles de años ellos cuidan de su tierra, el agua y el bosque, y han logrado hasta hoy preservarlos para que la humanidad pueda beneficiarse del gozo de los dones gratuitos de la creación de Dios. Los nuevos caminos de evangelización han de construirse en diálogo con estas sabidurías ancestrales en las que se manifiestan semillas del Verbo.
36. Como la Amazonia es un mundo pluriétnico, pluricultural y plurireligioso (cf. DAp. 86), la comunicación, y por tanto la evangelización, requiere encuentros y convivencias que favorezcan el diálogo. Lo contrario del diálogo es la falta de escucha y la imposición que impiden encontrarnos, comunicarnos, y, por tanto, convivir. Jesús fue un hombre de diálogo y de encuentro. Así lo vemos “con la mujer samaritana, en el pozo donde buscaba saciar su sed (cf. Jn 4,7-26)” (EG 72); “apenas salió de su diálogo con Jesús”, la samaritana regresó a su pueblo, “se convirtió en misionera, y muchos samaritanos creyeron en Jesús «por la palabra de la mujer» (Jn 4,39)” (EG 120). Fue capaz de dialogar y amar más allá de la particularidad de su herencia religiosa samaritana. La evangelización así se realiza en la vida ordinaria de Samaría, en la Amazonia, en todo el mundo. El diálogo es una comunicación gozosa “entre los que se aman” (EG 142).
47. La ecología integral se basa en el reconocimiento de la relacionalidad como categoría humana fundamental. Ello significa que nos desarrollamos como seres humanos en base a nuestras relaciones con nosotros mismos, con los demás, con la sociedad en general, con la naturaleza/ambiente, y con Dios. Esta integralidad vincular fue sistemáticamente enfatizada durante las consultas a las comunidades amazónicas.
76. La familia en la Amazonia ha sido víctima del colonialismo en el pasado y de un neo-colonialismo en el presente. La imposición de un modelo cultural occidental inculcaba un cierto desprecio hacia el pueblo y las costumbres del territorio amazónico, incluso se las calificaba como “salvajes” o “primitivas”. Actualmente la imposición de un modelo económico occidental extractivista vuelve a afectar a las familias al invadir y destruir sus tierras, sus culturas, sus vidas, forzándolas a emigrar hacia las ciudades y sus periferias.
87. Los rituales y ceremonias indígenas son esenciales para la salud integral pues integran los diferentes ciclos de la vida humana y de la naturaleza. Crean armonía y equilibrio entre los seres humanos y el cosmos. Protegen la vida contra los males que pueden ser provocados tanto por seres humanos como por otros seres vivos. Ayudan a curar las enfermedades que perjudican el medio ambiente, la vida humana y otros seres vivos.
129.Las siguientes sugerencias de las comunidades recuperan aspectos de la Iglesia primitiva cuando respondía a sus necesidades creando los ministerios oportunos (cf. Hch 6,1-7; 1 Tim 3,1-13):
a) Nuevos ministerios para responder de modo más eficaz a las necesidades de los pueblos amazónicos:
- 1. Promover vocaciones autóctonas de varones y mujeres como respuesta a las necesidades de atención pastoral-sacramental; su contribución decisiva está en el impulso a una auténtica evangelización desde la perspectiva indígena, según sus usos y costumbres. Se trata de indígenas que prediquen a indígenas desde un profundo conocimiento de su cultura y de su lengua, capaces de comunicar el mensaje del evangelio con la fuerza y eficacia de quien tiene su bagaje cultural. Hay que partir de una “Iglesia que visita” a una “Iglesia que permanece”, acompaña y está presente a través de ministros que surgen de sus mismos habitantes.
- 2. Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana.
- 3. Identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica.