(EFE/InfoCatólica) El Parlamento de Austria ha exigido hoy el cierre del Centro Internacional de Diálogo Interreligioso Rey Abdullah Bin Abdulaziz (Kaiciid), situado en Viena, si se ejecute a un joven opositor de 18 años sentenciado a muerte por Riad.
Socialdemócratas, ecologista, liberales y derecha populista han aprobado una resolución que demanda al Ministerio de Exteriores que utilice todos los medios diplomáticos a su alcance para lograr la liberación de un manifestante saudí de 18 años condenado a muerte.
En caso de no lograrse ese objetivo, se insta al Gobierno técnico en funciones a cortar toda cooperación y cerrar el Kaiciid, un centro intergubernamental financiado por Arabia Saudí y en el que participan Austria y España, con el Vaticano como Estado observador.
El conservador Partido Popular (ÖVP) no secundó la resolución, pero poco después presentó una iniciativa parlamentaria propia en la que exige al Ministerio de Exteriores que «tome las medidas necesarias» para clausurar el centro.
El titular de Exteriores en funciones, Alexander Schallenberg, ha asegurado que aplicará la «clara decisión del Parlamento», aunque de tal forma que no se dañen los intereses internacionales de Austria, según recoge la radio pública ORF.
Todas las formaciones en el Parlamento, según se ha apreciado hoy, están en mayor o menor grado a favor del cierre del polémico centro.
El Kaiciid, inaugurado en noviembre de 2012, ha acaparado cada vez más criticas en Austria de quienes ven incoherente que Arabia Saudí promueva un centro de diálogo en Viena y al mismo tiempo oprima a activistas que exigen más libertades en su país.
El centro, cuya sede se encuentra en un histórico palacio de Viena, tiene como objetivo fomentar el diálogo entre las diferentes religiones y culturas del mundo.
En su junta directiva se encuentran representantes de las principales religiones, como las diferentes ramas del cristianismo, el islam, el hinduismo, el budismo y el judaísmo.
Sus críticos consideran que el centro, financiado por Arabia Saudí, solo busca mejorar la imagen internacional del país musulmán, donde no existe ningún tipo de libertad de culto.
El Kaiciid ha mostrado en un comunicado su «preocupación» por la decisión del Parlamento austríaco y destacó sus logros en «la promoción del diálogo en todo el mundo».
También aseguró que, al ser una organización intergubernamental cuyo mandato y misión se derivan de un acuerdo internacional, sus acciones «no pueden vincularse a un solo Estado».
Sin embargo el centro no es ajeno a la polémica y ya hace tres años estuvo en el punto de mira. En aquel momento el centro contaba con el apoyo del cardenal Schönborn, a pesar de que se acababa de conocer que el bloguero y activista por la libertad de expresión saudí Raef Badawi sufrió los primeros 50 latigazos de un total de mil a los que fue condenado por haber equiparado en un artículo las diferentes religiones.
El actual representante del Vaticano en el problemático centro es Mons. Miguel Ángel Ayuso, recién nombrado nuevo Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso