(AsiaNews) Un jubilado de 68 años, Testigo de Jehová (TdJ), deberá permanecer por otro mes, después de haber ya pasado 3 detrás de las rejas y no podrá tener la Biblia para rezar. Lo estableció el tribunal de Khujand, en Tayikistán, extendiendo hasta el 26 de junio el régimen de detención pre-proceso. El hombre fue arrestado en febrero con la acusación de «incitación al odio religioso», por lo cual arriesga una pena en la cárcel de los 5 a los 10 años. Sin embargo, los activistas de Fórum 18 que siguen el caso, consideran que él sea un prisionero de conciencia y que es castigado porque lo consideran como el jefe de la comunidad local de los TdJ.
El jubilado se llama Shamil Rasulovich Khakimov y es viudo. El hombre no es el único testigo de Jehová en la mira de las autoridades de la región de Sogd, que están presionando también a la comunidad musulmana. El detenido tiene una salud inestable: sufre de presión alta y fue sometido a una delicada intervención quirúrgica en una pierna poco antes del arresto. El juez Abruniso Mirasilzoda, que ordenó la primera encarcelación, no quiso explicar los motivos del alargamiento del régimen carcelario.
Khakimov porque su número de celular aparecía en la agenda del teléfono de 2 mujeres TdJ, arrestadas mientras hacían proselitismo en la calle. Los activistas lamentan que su detención sea ilegal porque el interrogatorio de convalidación de la detención en febrero se realizó sin la presencia de su abogado. Además la sucesiva sentencia de extensión del arresto, en abril, fue realizada sin preaviso al legal.
El abogado pudo encontrarse con el jubilado en la cárcel y refiere: «Su salud es bastante buena y se le administran los remedios. Puede rezar, pero no le está permitido tener la Biblia». Según el grupo esto viola las Reglas de las Naciones Unidas sobre el estándar mínimo para el tratamiento de los prisioneros (conocidos como «Mandela Rules»). La regla n° 66 de hecho establece que «por cuanto practicable, cada detenido tendrá el permiso de satisfacer sus necesidades de la vida religiosa, participando en los servicios dados en la cárcel y teniendo en su posesión los libros para la práctica y la instrucción religiosa de su confesión».