(InfoCatólica) El fiscal Boyce intentó defender la credibilidad del único testigo y presunta víctima del caso, asegurando que, no era un «mentiroso» ni un «fantasioso», pero al mismo tiempo tuvo que reconocer que había cambiado las fechas y los años de los presuntos abusos en el transcurso del caso.
De hecho, Boyce cuestionó su propio proceder llegando a reconocer que «no basta que diga lo que dije antes» y que «recurrir a lugares comunes puede no resultar útil».
Uno de los argumentos usados por el fiscal es que la víctima, a la que llamó por su nombre a pesar de que el tribunal había pedido que se salvaguardara su identidad, conocía en detalle el lugar donde supuestamente ocurrieron los hechos, incluso con las reformas realizadas poco tiempo atrás. Pero la defensa del cardenal Pell nunca impugnó ese dato, dado que dicha persona formaba parte del coro de la Catedral y era lógico que conociera las instalaciones de la misma.
La defensa apeló en su día al testimonio de Mons Charles Portelli, ex maestro de ceremonias litúrgicas en la catedral, quien declaró que el día de los supuestos abusos el cardenal Pell saludó a los fieles en la puerta oeste de la catedral después de la misa, y estuvo constantemente acompañado mientras estaba revestido.
El juez califica de increíblemente improbables los hechos
Ante el interrogatorio de los magistrados, encabezado por el presidente de la corte, el juez Chris Maxwell, el fiscal Boyce se esforzó por explicar lo que Maxwell denominó como circunstancias «increíblemente improbables» que rodean a los presuntos delitos de Pell.
Cuando se le preguntó cómo era posible que una figura de la estatura y visibilidad de Pell pudiera haberse acercado, secuestrado y asaltado a dos niños -uno ya fallecido- en el momento en que la catedral se encontraba más llena de gente, Boyce sostuvo que la fiscalía había afirmado que la historia de la presunta víctima era demasiado extravagante como para ser inventada: «Hemos repetido ad nauseam .. si vas a hacerlo (ndr: la denuncia) ... ¿por qué hacerlo?».
Boyce también pareció sugerir que los jueces no podían entender el contexto completo de la evidencia del juicio, basándose solo en el video y en los informes escritos de los procedimientos judiciales:
“Sus señorías no están en la misma posición del jurado. Simplemente no lo están. Pido disculpas si no estoy ayudando como debería. En general, una prueba tiene un cierto tipo de ... atmósfera».
El cardenal Pell asistió a la vista con traje eclesiástico pero sin llevar la cruz pectoral ni el anillo de obispo. Estuvo tomando notas por escrito durante todo el proceso, tras el cual regresó a la cárcel en la que está ingresado.
Para que sea puesto en libertad es necesario que dos de los tres jueces estén a favor de la apelación presentada por su defensa.
Con información del Catholic Herald