(ZENIT) El Papa Francisco ha enviado un mensaje al Fundador del Monasterio de Bose, Hermano Enzo Bianchi, con motivo del XVII Convenio Litúrgico Internacional bajo el tema «El altar – Adquisiciones recientes, nuevos problemas» que se celebra en el templo desde el 30 de mayo hasta el 1 de junio de 2019.
El Pontífice expresa en la carta su deseo de que las reflexiones del simposio «maduren cada vez más la comprensión de la liturgia como la fuente y la cumbre de una vida eclesial y personal llena de fraternidad» y se formen de esta manera «en la escuela del Evangelio», informa Vatican News en español.
El fundador de la comunidad ha leído las palabras del Santo Padre ante sus participantes al inicio de la sesión inaugural de la asamblea plenaria que tuvo lugar este 30 de mayo a las 9:30 horas.
Al final del mensaje –firmado por el Secretario de Estado de la Santa Sede, el Cardenal Pietro Parolin–, Francisco destaca sus «buenos deseos» y su cordial saludo a todos los participantes, así como su bendición apostólica a los promotores, los relatores y todos los presentes, señala el portal de información vaticano.
«Que todos sean uno»
La Comunidad nació el 8 de Diciembre de 1965, en el mismo día de la clausura del Concilio Vaticano II, cuando Enzo Bianchi empezó a vivir solo, en una casa alquilada, en la sección del pueblo de Magnano llamada Bose. Los primeros Hermanos llegaron 3 años después, entre ellos una mujer y un Pastor reformado.
Desde entonces, por la mañana, al mediodía y por la tarde, se celebra la Liturgia de las Horas cantada, se trabaja, se acoge a los huéspedes, se estudian las Escrituras y la tradición monástica y se vive la difícil pero fecunda aventura monástica y ecuménica.
Hoy día la comunidad está formada por cerca de 80 personas, hombres y mujeres, algunos protestantes, 6 presbíteros y 1 pastor. Sin esa pretensión inicial pero como un don del Espíritu, desde el principio, pertenecen a la comunidad cristianos de varias confesiones. Por ello, se ha intentado transformar este don en un compromiso por la Unidad de todos los cristianos en fidelidad a la palabra de Cristo: «Que todos sean uno» (Jn 17,21).