El radical hinduista Narendra Modi arrasa en las elecciones en la India

El cristianismo es la religión más odiada y perseguida del mundo, últimamente se han publicado algunas investigaciones que así lo demuestran.
Asia, Oriente Medio y Africa, son tierras regadas por la sangre de nuestros mártires. Sin embargo, dolorosamente, el ecumenismo vaticano sigue besando la mejilla de nuestros verdugos porque en Roma dicen que todos tenemos el mismo Dios.
¿Será cierto? porque por más que miro para todos lados no lo encuentro ni lo veo, lo único que veo son bombas, balas, suicidas con chalecos de dinamita e iglesias en llamas, y cuando el fuego se apaga, entre las cenizas aparecen pedazos de cristianos por aqui y por allá. Dantesco.
El dolor es aún mayor porque esa caridad de Roma que las víctimas esperan y no llega no es la única ausente, la prensa mundial se une a ella con una indiferencia mal disimulada que minimiza y hasta ignora la tragedia interminable que enluta a los seguidores del Unico y Verdadero Dios.
No hay duda que todo eso responde a un plan bien orquestado, porque la persecución llegó para quedarse y no cesará hasta que Dios, una vez más, decida intervenir en la historia para poner fin a tanta iniquidad.
Roguemos que el Todopoderoso venga en nuestro auxilio cuanto antes, porque de no ser así, la Barca siempre invicta y victoriosa esta vez se hunde sin remedio.

No os preocupeis que mañana va Parolín y lo soluciona todo. Si no fuera por la tragedia que pueda suponer todo esto, tanto para católicos como para cristianos protestantes, sería una paradoja chistosa. Tanta reunión y tanto esfuerzo vano, rebajando nuestra religión católica a una mera ONG para tender puentes,no ofender a nadie, ser simpáticos y agradables y luego suceden estas cosas. Si cuando la casa no la dirije el Señor en vano trabajan los albañiles.

Me cuesta comprender porque el catolicismo actual es tan perseguido hoy en día. Tenemos un catolicismo misericordiante, ecuménico, amigo y colega de todos, protestantizado, progre, con muchos-muchos derechos humanos, y sin mandamientos, una liturgia facilita, y una vida sacramental sin exigencias, desnutrida. Un cristianismo balsámico , de balneario, de spa, un cristianismo sin cruz, pero sin Gracia.
Ya, Pablo VI suprimió el Dies irae de la misa de difuntos para presentar a un Dios como Miguel Angel en la capilla Sixtina, de igual a igual. Cualquier día lo de rezar "Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro" pues también lo suprimirán por falta de ecumenismo.
Y también tenemos esa ilustre cadena de tv, la trece, que contribuye a la implantación de la gran apostasía, en la que esos periodistas de la noche, son capaces de iluminarnos con los consejos para tener la felicidad del fallecido Eduardo Punset, el mismo que decía :"Dios es cada vez más pequeño y la ciencia es cada vez más grande" y otras genialidades. Y no pasa nada,lo importante es la cruz, pero la de renta, que nadie se equivoque.