(Agencias/InfoCatólica) El gobernador Jay Inslee ha firmado la ley que entrará en vigor en mayo del próximo año. Las empresas autorizadas podrán llevar a cabo un proceso que transforma un cuerpo, mezclándolo con otros productos como astillas de madera y paja, en unas dos carretillas de tierra fértil (0.76 métros cúbicos).
Katrina Spade, fundadora y directora general de la empresa Recompose, quien llevó la idea al gobernador, dijo a Efe que si todos los residentes de Washington optaran por la recomposición tras la muerte, «salvaríamos más de medio millón de toneladas métricas de C02 (dióxido de carbono) en tan sólo 10 años».
Spade se fijó en los agricultores que llevan décadas utilizando esta técnica para deshacerse del ganado. Así, descubrió que el uso de astillas de madera, alfalfa y paja crean una mezcla de hidrógeno y carbono que acelera la descomposición natural de un cuerpo.
En 2017,lideró un proyecto piloto en el que fueron reducidos a suelo fértil 6 cuerpos en la universidad estatal de Washington. Se constató que el proceso duraba entre 4 y 7 semanas.
El patrocinador de la medida, el senador demócrata Jamie Pedersen, señaló a la agencia Efe que el método «tiene sentido» sobre todo en las zonas urbanas más pobladas. Y en un estado como el suyo en el que la cremación es la forma preferida de despedirse de los fallecidos, el nuevo método reducirá 1,4 toneladas métricas de carbono por persona.
Además del compost humano, se ha legalizado la hidrólisis alcalina que disuelve los tejidos corporales con una mezcla de hidróxido de potasio y agua, a altas temperaturas. Unas dos horas después, solo quedan huesos.