(ZENIT) El 15 de mayo de 2019, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), a través de su Comisión de Justicia y Paz, publicó un comunicado en el que manifiesta su rechazo a la decisión del Tribunal Supremo de Justicia, que ha anulado la inmunidad parlamentaria de los miembros de la Asamblea Nacional.
Según indican en el comunicado estas resoluciones «constituyen un irrespeto y una transgresión de los compromisos establecidos en los distintos órganos internacionales de derechos humanos, a los cuales pertenece y participa la República Bolivariana de Venezuela».
Igualmente, los miembros de la Comisión de Justicia y Paz de la CCV, señalan que «el desconocimiento de la inmunidad sin el antejuicio de mérito, ni el allanamiento por parte de la Asamblea Nacional, en contravención a expresas disposiciones constitucionales, afecta gravemente el funcionamiento de la democracia».
Así, consideran que, en la práctica, esta medida supone «un secuestro de la soberanía popular representativa en sus diputados/as que es la esencia de una democracia: el respeto a la voluntad del pueblo y la observancia de los debidos procesos legales y judiciales».
En el mensaje, la comisión también exige la búsqueda de una «solución institucional y democrática a la situación política y social» en la que se encuentra inmerso el país, rechazan la persecución en contra de dirigentes políticos y sociales y sancionan la represión y los abusos de poder.
Además, los obispos denuncian que más de 30 diputados del parlamento han sido privados de sus funciones con motivo de la suspensión de la inmunidad o por encontrarse detenidos o en el exilio.
Ante la imposibilidad de acceder a su propio sitio web y de publicar textos, también en el día 15 de mayo, la CEV hizo llegar a la agencia Fides un video que muestra la dura realidad actual de los venezolanos.
Las imágenes constituyen un testimonio audiovisual de la violencia contra los manifestantes, de gente buscando comida entre la basura, de las ciudades bloqueadas por la falta de electricidad, transporte y seguridad, y también de las muestras de solidaridad entre las personas.
El video finaliza con el llamamiento de los obispos a no responder con violencia a las acciones del gobierno y a confiar en la justicia internacional que ha de llegar.