(Efe) Mons. Gil Tamayo ha realizado esta reflexión durante la homilía pronunciada en la Catedral de El Salvador, dentro de la Misa Mayor con motivo de la festividad de San Segundo, patrón de la capital abulense.
En este marco, se ha referido al que se considera que fue el primer obispo de la Diócesis como «un referente y modelo en el seguimiento de Cristo», al mismo tiempo que ha recordado cómo este año se conmemora el V Centenario del descubrimiento de su sepulcro en «el lugar sagrado que hoy es su ermita».
En este contexto y tras señalar que San Segundo fue uno de los siete Varones Apostólicos, el prelado ha reivindicado el «orgullo» de los cristianos para reivindicar sus señas de identidad: «Sin ellas, no podemos comprendernos a nosotros».
«El secularismo, el obviar lo cristiano y cualquier hecho religioso en las manifestaciones sociales y públicas, no puede arrancar nuestra raíces y nuestra identidad», ha argumentado José María Gil Tamayo, antes de añadir: «A nosotros nos toca tomar el testigo de Jesús».
Asimismo, ha expresado el «respeto exquisito» hacia la «libertad de las opciones de los demás», teniendo en cuenta la «pluralidad» de España, sin que eso suponga «silenciar y disimular las propias raíces y la propia identidad».
Después de reivindicar la necesidad de que los cristianos sean «tenidos en cuenta», el obispo de Ávila ha expresado la necesidad de «hacer frente y unidos los problemas que tienen dimensiones concretas en la sociedad abulense actual», como la despoblación.
«No podemos resignarnos a una caída continuada ante el envejecimiento, ante las desigualdades territoriales, que hacen que injustamente estemos casi en la cola a la hora de la asignación de presupuestos», ha argumentado el prelado, para después precisar: «No me estoy metiendo en política».
Al respecto, ha asegurado estar haciendo un «llamamiento a un espacio común de entendimiento y a aunar las fuerzas sociales, entre las que están las políticas, pero no exclusivamente».
Desde su punto de vista, la ciudadanía, «que en su mayor parte es católica, no se puede desinhibir o dejar para las cuestiones privadas o de conciencia sus convicciones», ya que en su opinión «el catolicismo, el cristianismo es transformador por esencia».
En su homilía, el obispo de Ávila ha hecho un llamamiento a la «concordia», a la «amistad política» y a la «unión entre todos los hombres de la patria».
«En estos momentos históricos, no nos retraigamos, manifestemos con claridad, convicción y orgullo nuestra identidad, sin imposiciones de nadie. Seamos cristianos coherentes y elementos de cohesión en nuestra sociedad, que tanto lo necesita», ha concluido.
Tras la Misa Mayor, la imagen de San Segundo ha recorrido las calles de la ciudad hasta la ermita que lleva su nombre, hasta donde esta tarde se trasladarán cientos de abulenses para introducir su pañuelo en el sepulcro y pedir tres deseos al patrón de la ciudad.