(InfoCatólica) En la diócesis de Mindong, hasta hace pocos meses, Guo Xijin era el Ordinario reconocido por la Santa Sede pero no por el gobierno y dirigía la llamada comunidad «clandestina». Como consecuencia del acuerdo secreto y provisional, la Santa Sede reconoció al llamado obispo «oficial» Vincenzo Zhan Silu, y confió a Guo Xijin el papel de auxiliar de la diócesis.
En las últimas semanas trascendió que el antiguo Ordinario, ahora Auxiliar, no podía concelebrar la Misa Crismal, que en la mañana del Jueves Santo reúne en torno al obispo a todos los sacerdotes para la bendición de los santos óleos utilizados durante el año para administrar los sacramentos. Guo Xijin aún no había sido reconocido por la Oficina de Asuntos Religiosos y, por lo tanto, se dijo que se le prohibiría participar en la concelebración con la insignia episcopa.
Cambio de opinión
Todo ha sido resuelto, quizá por el escándalo que suponía la actuación del gobierno chino, y los dos obispos, el ordinario Zhan Silu, de la Iglesia patriótica y reconocido por el Papa, y su auxiliar Guo Xijin, pudieron concelebrar la Misa Crismal. La noticia representa una señal positiva. El pasado 28 de febrero, el Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, entrevistado por Noticias Vaticanas, dijo: «Ahora es importante aplicar el Acuerdo Interino sobre el Nombramiento de Obispos en China, y comenzar a hacerlo funcionar en la práctica».
Según informa AsiaNews, no quedan claro cuáles han sido los hechos de los últimos días. Es probable que el mismísimo Vaticano y el gobierno central hayan intervenido para salvar el acuerdo sino-vaticano, el cual hubiera entrado en crisis en caso de quedar excluido Mons. Guo.
Tras la firma del acuerdo y la reconciliación del Papa Francisco con el obispo Zhan Silu, Mons. Guo, obispo no-oficial, que hasta ese momento era el ordinario de la diócesis, aceptó dar un paso atrás y convertirse en obispo auxiliar de Mons. Zhan, quien fue elevado al rol de obispo ordinario.
Sin embargo, el Frente Unido y la Oficina de Asuntos Religiosos han distribuido una circular a todos los sacerdotes y a Mons. Guo, en la cual se exige su obediencia al nuevo obispo, pero sobre todo, la adhesión a los principios de «independencia» de la Iglesia y a la Asociación Patriótica (AP).
Según se ha podido conocer –ya que el texto de acuerdo no ha sido publicado ni por China ni por la Santa Sede- esto sería contrario a los principio del acuerdo, en el cual la adhesión a la AP sería meramente facultativa.
Gracias a este importante elemento, es decir a la adhesión no-obligatoria a la AP, es posible pensar en una vía de reconciliación entre comunidades oficiales y no oficiales- Las comunidades no oficiales (o «subterráneas») jamás han aceptado, en los últimos 60 años, sostener a una asociación que tiene por objetivo la independencia de la Iglesia de la Santa Sede.
Sin embargo, luego del acuerdo, en varias provincias se ha puesto en acto una campaña orientada a obligar a sacerdotes y obispos a adherir a la Asociación Patriótica, amenazándolos con la exclusión de su ministerio. Incluso más, a los sacerdotes de la comunidad oficial, se le reitera que «a pesar» del acuerdo sino-vaticano, la Iglesia se debe al «patriotismo» y sobre todo, ha de edificar una Iglesia «independiente».