(Asia News) Llorando, pero con gran valentía, narró ella misma delante del juez del Alto Tribunal de Lahore su terrible experiencia, a base de torturas y repetidas violaciones. Al voluntario de la British Pakistani Christian Association (BPCA) que está siguiendo el caso, le dijo:
«No es verdad que me convertí al islam por elección mía, fui obligada bajo amenaza. Jamás he perdido la esperanza. Continué rezando a Dios y le supliqué que me liberase de mi humillante esclavitud».
Tras su desaparición la policía inició las investigaciones. La joven se había ido a casa de una supuesta amiga, a la que consideraba su tía, tras una discusión con su hermano. La amiga negó haberla visto pero ante la insistencia de la madre, que amenazó con denunciarla a la policía, indicó que la muchacha estaba con otra mujer. Esa otra mujer confesó haber vendido la joven a un musulmán.
En la madrugada del 10 de abril realizan un allanamiento en la vivienda del musulmán, pero descubren que el hombre logró escapar antes de la llegada de los policías, gracias a un aviso. La fuga precipitada del musulmán permitió a la joven Shalet aprovecharse de la distracción para escapar.
La joven narró que logró escapar, y que luego pidió a un peatón poder usar su teléfono móvil (celular) para hacer una llamada. Así pudo llamar a sus padres Tasleem y Javed Masih que fueron a buscarla al instante. Al magistrado le dijo:
«Fui usada como una esclava del sexo para satisfacer a mi marido, torturada y brutalizada. Pensé que mi vida ya estaba perdida, hasta que no tuve la oportunidad de escapar».
A los activistas que la han ayudado agregó:
«Dios escuchó mis plegarias y ahora estoy de nuevo con mi mamá y mi papá. Estoy muy agradecida al Señor. Fui violada y abusada por mi raptor, pero él no logró destruir mi espíritu. Hablé en el tribunal y testificaré siempre, hasta que el monstruo sea encarcelado. Jamás se debe hacer a ninguna otra lo que me hizo a mí».
Wilson Chowdhry, presidente de la BPCA, subraya:
«El caso de Shalet revela la verdad sobre los violadores musulmanes: este es un magnífico testimonio para mostrar cuando ellos afirman que las jóvenes cristianas se convierten de modo voluntario. Ponerse en manos en Dios, de modo incondicional y su fe, no obstante las adversidades, son un testamento para todos nosotros».