(MadridPress) En una entrevista concedida Onda Vasca, Mons. Iceta ha considerado que hay muchas 'fake news' en las redes sociales, como la de los cursos contra la homexualidad de la diócesis de Alcalá de Henares, y ha recordado que su obispo, Juan Antonio Reig Pla, aseguró en la Conferencia Episcopal «que no existen estas terapias en su centro de orientación familiar, sino un acompañamiento a las personas».
En este sentido, ha afirmado que el centro de Alcalá es de orientación familiar y ha recordado que prácticamente todas las diócesis tienen centros de este tipo, «que nacieron para acompañar, sobre todo, a las familias en casos de dificultades, de desgarros, de problemas, a veces también con los hijos», por lo que se «acompaña también a los hijos», es decir, «a toda persona que se acerque con una variable amplia de dificultades».
«Y también acuden, yo pienso que en un número muy pequeño, personas, en relación a su condición sexual o sus vivencias, tienen dificultades. Aquí no se juzga a las personas, no se plantean unas terapias porque no son centros médicos, sino que les den un horizonte, una esperanza», ha apuntado.
En este sentido, ha recordado que él hace muchos años escribió un artículo titulado: 'También las personas homosexuales están llamadas a la santidad', es decir que «Dios ama y acoge a todas las personas, para todas tiene un camino de crecimiento y de plenitud». «Y, por tanto, también la Iglesia está llamada a acompañar a estas personas», ha dicho.
Igual dignidad
Preguntado por si la Iglesia considera a los homosexuales «peores» personas o «desviados», Mario Iceta ha asegurado que «de ninguna de las maneras». «Todas las personas son hijas e hijos de Dios, con igual dignidad, llamadas a una plenitud de vida y a una santidad. Por tanto, la Iglesia quiere acompañar, respetuosa y delicadamente, a todas las personas en aquello que requieren y necesitan ser acompañadas», ha manifestado.
En todo caso, ha explicado que la institución eclesiástica «no se impone a las personas, sino que ofrece lo que es y lo que tiene, y aquél que libremente acude» a la Iglesia para solicitar «algún tipo de servicio de acompañamiento, lo ofrece con humildad y sencillez».
«A nuestros centros de orientación familiar nadie viene a curarse de nada, sino que viene porque tienen dificultades, sufrimientos, problemas, y quieren orientación, ayuda, arropamiento, a ser escuchas y acompañadas. Y es lo que ofrecemos en estos centros», ha indicado.