(RV/InfoCatolica) Ante más de 20 mil fieles y peregrinos, el Papa ha dicho que “debemos reservar algunos momentos de nuestra vida cotidiana a Dios”. Una oración, un pensamiento cada día, “sin olvidar la liturgia dominical, porque sólo así nuestra vida llega a ser grande y verdadera vida”. Con el ejemplo de su vida, Rabano Mauro, nacido en Maguncia en torno al año 780, nos invita a “no desatender un tiempo reservado para contemplar el misterio y la luz de Dios”.
Rabano Mauro, entró muy joven en el monasterio y en la orden de san Benito. Llegó a ser abad de Fulda y consejero de príncipes. Contribuyó a la conversión al cristianísimo de muchos pueblos germánicos. ''Conservó siempre un tiempo para el estudio y otro para la oración - ha recordado el Pontífice - que ha señalado que “la fe cristiana ''no afecta sólo la mente y el corazón, sino también a todos los sentidos'': tanto los solicitados por el ''gusto estético'' como aquellos de la ''sensibilidad humana''.
El Santo Padre, citando el ejemplo del monje carolingio, que fue artista y filósofo, ha afirmado que ''Dios se ha hecho carne y huesos y ha entrado en el mundo sensible en todas las dimensiones del ser”. “Penetra la realidad, penetra nuestro ser y nos transforma”. Síntesis final de las distintas percepciones sensoriales de la vida religiosa, tanto para el monje medieval como para el Papa, es la liturgia.