(Manos Unidas) En Mozambique, donde Idai ha desatado toda su fuerza, los muertos podrían superar el millar, según fuentes oficiales, y los daños, en estos momentos, son incalculables. Las lluvias no cesan de caer y con ellas aumenta el número de edificios e infraestructuras destruidos.
En Malawi y Zimbabwe, donde Idai llegó transformado ya en tormenta, las inundaciones han causado, también, decenas de muertos y daños también muy considerables.
«En Manos Unidas hemos recibido con gran preocupación y tristeza las noticias provenientes de unos países en los que llevamos trabajando décadas. Malawi, Mozambique y Zimbabwe están entre las naciones más pobres del mundo y para nosotros es prioritaria la cooperación con ellos. De hecho, Manos Unidas es una de las pocas ONG españolas que está presente, con proyectos de desarrollo, en los tres países afectados», asegura Beatriz Hernáez, coordinadora de proyectos de Manos Unidas en África Austral.
Las organizaciones de ayuda internacional aseguran que la tormenta es el peor desastre que ha sufrido el sureste de África en dos décadas.
En estos momentos, estamos en contacto con nuestros socios locales, la mayoría de ellos congregaciones religiosas, que, con grandes dificultades por los daños en las infraestructuras de comunicación, nos están informando de lo dantesco de la situación. «Las edificaciones que han aguantado se han convertido en refugio de cientos de familias que han perdido todo. En las calles de la ciudad todo es un caos, no hay farolas, los árboles bloquean las calles y las tiendas y mercados están cerrado», relata Beatriz Hernaez, haciéndose eco de los mensajes recibidos en estos días.
«Nuestros proyectos de la zona centro de Mozambique, la más afectada por el paso de Idai, han sufrido graves destrozos: infraestructuras destruidas, huertos inundados, colegios impracticables…», informa Hernáez.
«Desde Esmabama, donde Manos Unidas lleva décadas trabajado, principalmente en proyectos de educación, sanidad, agricultura y seguridad alimentaria, nos han contado que los animales volaban por los aires y que hay zonas rurales totalmente aisladas», relata Hernáez. «Parece ser que hasta alguna carretera ha desaparecido y ahora es un gran charco de agua en los que comparten espacio cocodrilos y personas subidas a los árboles», continúa la coordinadora de Africa Austral de Manos Unidas.
Ayuda humanitaria y reconstrucción
«En cuanto se pueda hacer una primera evaluación de los daños, pondremos en marcha las acciones de emergencia que se van a destinar tanto a socorrer a la población damnificada con ayuda de primera necesidad, como a la posterior reconstrucción de lo destruido por el viento y las aguas», asegura Hernáez. «Cualquier ayuda que nos llegue para atender a estas personas, que lo han perdido absolutamente todo, será bienvenida. Porque las pérdidas no son solo a corto plazo: sin cosechas, el año que viene estas familias tendrán graves dificultades para encontrar un sustento, en países en los que ya se dan con frecuencia emergencias alimentarias. Además, con las inundaciones y el agua estancada aparecerán, casi con total seguridad, brotes de malaria y enfermedades gastrointestinales e infecciosas, como el cólera», explica la coordinadora de proyectos de Manos Unidas en Africa Austral.
«No podemos ni imaginar cómo tiene que ser la situación en estos momentos. Mozambique es uno de los diez países más pobres del mundo y las infraestructuras son bastante deficitarias. Por las noticias que van llegando y por las imágenes que hemos visto, cuando bajen las aguas, la cifra de muertos esta cifra podría multiplicarse, porque, desde Mozambique nos informan de pueblo enteros desaparecidos», explica la coordinadora de proyectos de Manos Unidas en África Austral.
Número de cuenta emergencia CICLON IDAI – SURESTE AFRICA:
ES42 0049 6791 7420 1600 0102