(CNA/InfoCatólica) El P. Craig Maxim envió una carta fechada el 27 de febrero a las familias de la escuela católica St. Ann en Prairie Hills, un suburbio de Kansas City., en la que les explica que cuando surgió la duda de si permitir que el niño se inscribiera por primera vez en el centro escolar, buscó el consejo de la Archidiócesis de Kansas City.
El sacerdote explicó que la diócesis tiene la capacidad de «formular políticas sobre estos asuntos, mientras que las escuelas diocesanas individuales no». La archidiócesis aconsejó la no admisión.
Sin embargo, el pasado 1 de marzo se ha presentado una carta con mil firmas pidiendo a la escuela que «reconsidere en oración» su decisión. La carta se envió al Arzobispo Joseph Naumann y a la superintendente de la escuela, Kathy O’Hara.
En la misiva se recuerda que la escuela admite hijos de padres que están divorciados y se han vuelto a casar o que han sido concebidos mediante la fecundación in vitro, así como a niños de familias no católicas.
«Respetuosamente, creemos que la decisión de negarle a un hijo de Dios el acceso a una comunidad y educación tan maravillosas, basada en la idea de que la unión de sus padres no está de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio sacramental, carece de compasión y de la misericordia del mensaje de Cristo», dice la petición.
En un comunicado de prensa, la archidiócesis de Kansas City explicó su política de admisión, que todas las escuelas católicas afiliadas a la archidiócesis deben seguir.
La declaración afirma la enseñanza de la Iglesia de que «los individuos con atracción por el mismo sexo deben ser tratados con dignidad», perto también la necesaria aceptación del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer.
«El matrimonio es considerado el fundamento de la familia, de la sociedad y del corazón de la Iglesia. La enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio es clara y no está alterada por las leyes de la sociedad civil», se lee en la declaración, que hace referencia a la decisión de 2015 de la Corte Suprema de los Estados Unidos que legalizó el matrimonio gay en todo el país.
«La decisión de la Corte Suprema de otorgar el estado civil a las uniones entre personas del mismo sexo no cambia la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio, sino que presenta a la Iglesia nuevos desafíos pastorales».
El hecho de que una pareja del mismo sexo no sea capaz de asumir los «componentes esenciales» de la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio «crea un conflicto para sus hijos entre lo que se les enseña en la escuela y lo que se experimenta en el hogar», explica la archidiócesis. que añade que además la situación podría convertirse en una fuente de confusión para otros estudiantes.
«Nuestras escuelas existen para transmitir la fe católica. Incorporadas a nuestra instrucción académica y formación espiritual, en cada nivel de grado, están las enseñanzas de la Iglesia Católica... Es importante que los niños experimenten la coherencia entre lo que se les enseña en la escuela y lo que ven que se vive en casa. Por lo tanto, pedimos que los padres entiendan y estén dispuestos a apoyar esas enseñanzas en sus hogares».
La archidiócesis concluye su comunicado diciendo que la Iglesia no considera que sea respetuoso, justo, amoroso o compasivo con las personas que no están de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia el colocar a sus hijos en un entorno educativo donde chocan los valores de los padres y los principios fundamentales del centro escolar.