(Pablo Martínez/La Obra de la Iglesia) En uno de sus encuentros, La Madre Trinidad le invitó a visitar Sevilla, propuesta que el Sr. Cardenal aceptó y quiso unir a la ya recibida anteriormente por parte de las Hermanas de la Cruz.
El autor del libro La fuerza del silencio, quiso comenzar su viaje con una jornada completa de retiro desde el jueves 28 de febrero hasta el viernes, día en que fue recibido por La Obra de la Iglesia en su casa situada en la céntrica Plaza de Pilatos. Allí, invitó a los miembros consagrados a Dios presentes a plantar tres pilares en sus vidas de fe: Crux, Hostia et Virgo, es decir: la Cruz, de la que todos hemos nacido, la Eucaristía, alimento necesario para mantener la vida de la gracia que Cristo nos ha regalado, y la Virgen María, la Madre que cuida y protege esa vida.
El sábado supuso una jornada repleta de encuentros -Hermanas de la Cruz, clero sevillano, Hermandad de la Macarena- que hizo mella en el prelado africano, quien afirmó: «Aquí se ve la belleza de la Iglesia».
Dios o nada es el título de otro libro mundialmente conocido del Card. Sarah. Y a este título quiso hacer honor durante todo el día del Señor, que vivió como peregrino en la casa natal de la Madre Trinidad en Dos Hermanas. Desde primera hora de la mañana, quiso introducirse en el silencio, no dejando hueco en su interior más que para Dios. Con este espíritu, vivió la visita a los lugares que aún hoy albergan la acción de Dios en el alma de aquella «Trini», niña aún, que fue invadida y llamada por el mismo Señor para cambiar su vida y «ser solamente suya y para siempre». Lugares de entre los que destaca singularmente la parroquia de Santa María Magdalena, donde se celebró una liturgia de la Palabra en conmemoración del 90º aniversario del bautismo de la fundadora de La Obra de la Iglesia. Y, por supuesto, la antigua zapatería familiar, hoy capilla, donde el Sr. Cardenal presidió la Eucaristía.
Durante la homilía, exhortó así a los presentes: «Primero tenemos que fijarnos en nosotros mismos, en nuestra viga, dejando entrar a Dios en vuestros corazones por medio del silencio, para que sea Él quien haga su trabajo de echar el pecado, que nos hace ciegos y sordos. Después, podremos ir a los demás para comunicarles la vida de la gracia. Esto es lo que nuestra Madre Trinidad experimentó aquí mismo: se dejó conquistar por Dios y hoy es Madre que nos da vida divina. Hagamos nosotros lo mismo». Después de la liturgia, el día terminó con una fiesta familiar con testimonios, cantos, regalos y hasta bailes sevillanos. Una verdadera explosión de alegría para poner el broche de oro a una visita que fue un momento de gracia singular.
Con ocasión del 60º aniversario de la fundación de La Obra de la Iglesia, el próximo 18 de marzo, el Cardenal Sarah presidirá la celebración de apertura del Año Jubilar en la parroquia Nuestra Señora de Valme en Roma, a pocos metros de donde vive actualmente la Madre Trinidad. Asimismo, en Madrid y aquí en Sevilla, se tendrán actos solemnes con motivo de este acontecimiento de gracia para toda la Iglesia.
Más información: www.laobradelaiglesia.org