(FJL/InfoCatólica) Ayer el presidente del PP, Pablo Casado, en una entrevista con Efe, se ha mostrado partidario de derogar la actual ley del aborto de plazos, La ley Aído-Zapatero, aprobada en 2010, y volver a la de supuestos aprobada en 1985 por el Gobierno de Felipe González, que cree que era «de consenso» y que «no había ninguna necesidad de cambiar».
Una de las principales instituciones que defienden el derecho a la vida de todos, especialmente de los que tienen síndrome de Down, Fundación Jérôme Lejeune, ha enviado una nota de respuesta de la presidente en España, la doctora Mónica López Barahona, a las declaraciones del presidente del Parido Popular.
1.- Tanto con la ley de 1985 como con la ley actual, España viene acumulando una media de más de 100.000 abortos al año conforme a los datos oficiales.
Es decir, desde que en 1985 se despenalizó el aborto en nuestro país hasta 2010 en que se reformó la ley del aborto, más de dos millones y medio de vidas inocentes han sido eliminadas.
¿Considera el señor Casado que este escenario es el que debe promover y defender el PP volviendo a la ley de 1985? Eso se deduce de sus declaraciones.
2.- Una ley de supuestos, sí, dice el señor Casado.
Recordemos qué supuestos:
- Supuesto de violación. ¿Cómo coexiste hablar de apoyo a la mujer y aceptar que ésta pueda ser violada en un estado de derecho? Le instamos a que asegure que los derechos de la mujer, entre los que se enmarca el de su integridad física sean salvaguardados en vez de asumir que pueden vulnerarse y que la «solución», en caso de que esta vulneración culmine en embarazo, sea acabar con la vida de un inocente.
- Riesgo para la salud física y psíquica de la madre. Sabemos que este supuesto ha sido el más utilizado a la hora de acogerse a él para abortar. La vida de la madre no vale más que la del hijo que está gestando y debe tratar de salvarse ambas vidas en caso de riesgo para la salud de una de ellas. Eliminar una vida no es necesariamente terapéutico para la otra y aunque lo fuera no justificaría su eliminación.
- Malformaciones en el feto. Acepta el señor Casado que determinadas malformaciones, discapacidades, alteraciones o patologías son causa justificada para acabar con la vida del nasciturus. ¿Dónde está el límite de la vida que merece y no merece la pena ser vivida? ¿Es competencia del Estado definir esta cuestión?
3.- Argumenta el señor Casado que España vive un invierno demográfico y que el índice de natalidad debería aumentar para tener quién pague nuestras pensiones. Es un argumento profundamente utilitarista. Los hijos no se tienen para que puedan pagar nuestras pensiones. La defensa de la vida humana del inocente no se basa en criterios de su utilidad sino de la dignidad de toda vida humana, la del enfermo y la del sano, la de la mujer y la del varón, la del discapacitado y la del superdotado. Toda vida humana tiene una dignidad que le confiere el mero hecho de ser vida humana.
4.- Por último, el apoyo a la mujer y a la maternidad pasa por políticas que garanticen su seguridad, promuevan la adopción y el acogimiento y acompañen en el embarazo imprevisto a la mujer en todos los aspectos que necesita ser acompañada. No olvide, señor Casado, que en el aborto hay dos víctimas: el nasciturus cuya vida se elimina y la mujer gestante que bajo situaciones, en ocasiones de extrema presión, acaba con la vida de su hijo en el marco de una ley que usted entiende como aceptable.
Señor Casado no es progresista aceptar que más de 100.000 inocentes sean eliminados cada año en el país que usted aspira a gobernar, no es progresista aceptar que la mujer pueda ser violada, no es progresista acabar con la vida de personas enfermas, discapacitadas o con malformaciones y no es progresista dar más valor a unas vidas que a otras. Todas estas cuestiones no hablan de progreso.
Desde Fundación Jérôme Lejeune queremos que en España hablemos de progreso, de valentía y de un discurso coherente derogando leyes como la vigente desde 2010, apoyando la maternidad y agilizando las políticas de adopción y acogimiento en un país en el que tenemos la mayor demanda europea de adopción, en el que esperamos una media de 5 años para poder tener idoneidad para una adopción internacional, en el que las mujeres siguen siendo violadas y en el que seguimos eliminando vidas porque no reúnen las condiciones de calidad que algunos establecen.
Otras asociaciones, el aborto en la agenda política
Otras asociaciones defensoras del derecho a vivir también se han posicionado hoy a preguntas de Europa Press respecto a las declaraciones del presidente del PP, Pablo Casado. Alguna de ellas dan la «bienvenida» al menos como un primer paso o como «una apertura de grieta». En cualquier caso, Pablo Casado con estas declaraciones ha vuelto a poner el tema del aborto en la agenda política.
Para el director general del Foro de la Familia, Javier Rodríguez, «todo lo que sea reducir el número de abortos y conseguir una concienciación social mayor de la que hay sobre la vida humana, será más que bienvenido». En concreto, rechaza en declaraciones a Europa Press que se vea la vida humana «meramente como un conjunto de células» o que se afirme que «el feto no es una persona».
Si bien, preguntado por cómo sería su ley del aborto «ideal», contesta que «ninguna». En este sentido, cree que la ley de 1985 –que despenalizó el aborto en caso de violación, de riesgo para la salud de la madre o malformación del feto–, abrió «una grieta» y que con la ley de 2010 que permite el aborto libre hasta las 14 semanas, «la presa se está desbordando».
Por ello, desde el Foro de la Familia apuestan por una ley de ayuda a la mujer embarazada y, sobre todo, para las madres en situación de vulnerabilidad.
El discurso de «los Goya»
Por su parte, el presidente de la Fundación +Vida, Álvaro Ortega, considera que el anuncio de Casado supone «un paso importante para avanzar» pero «insuficiente» porque «toda vida humana tiene derecho a ser protegida».
«Todas las personas tenemos derecho a la vida y a ser felices, independientemente de nuestras capacidades, como se ha manifestado recientemente en los Premios Goya con el vibrante discurso de Jesús Vidal (Campeones) que ha emocionado a toda España», ha subrayado Ortega.
En la misma línea, Fundación REDMADRE, que ha ayudado a más de 80.000 mujeres en 11 años, apuesta por un modelo de país «donde no haya ningún aborto y donde se ayude a que la mujer embarazada pueda llevar a cabo su maternidad», y celebra «todos los pasos que se den hacia la consecución de ese objetivo».
«Recordamos la necesidad de que se apruebe una ley de apoyo a la maternidad y a la mujer embarazada, prestando especial atención a la que se encuentra en situación de vulnerabilidad», matizan, al tiempo que señalan que «cuando a una mujer se la ayuda, esta sigue adelante con su embarazo».
Invertir en las familias
Por su parte, el Instituto Internacional de Estudios Sobre la Familia The Family Whatch pide que el debate no se centre en el aborto sino «en cómo se puede ayudar a las familias» desde los poderes públicos «poniendo en valor su esfuerzo, su tiempo, y su dinero», «invirtiendo» en ellas y apostando por medidas de «corresponsabilidad y de fomento de la conciliación».
«En un país con una tasa de natalidad de 1,32 hijos por mujer, con un envejecimiento de la población cada vez más elevado y con un sistema de pensiones y un sistema de salud en riesgo, y que más pronto que tarde, tendremos que cambiar por ser insostenible, consideramos que lo 'progresista' hoy es apoyar una cultura a favor de la vida, apoyar medidas que favorezcan la maternidad», han precisado fuentes de The Family Whatch a Europa Press.
Mientras, la portavoz de Derecho a Vivir, Gádor Joya, ha recibido «con esperanza» el anuncio del presidente del Partido Popular pero ha precisado que «en pleno siglo XXI no se debería de estar hablando de leyes de hace casi 35 años, sino que se debería legislar mirando al futuro, en el contexto médico, científico y social de estos tiempos».
Hoy en día, según ha defendido, «la sociedad clama por la inclusión todas las personas», entre ellas, las personas con discapacidad. «En la actualidad, nadie podrá negar que las personas con síndrome de Down, por ejemplo, están plenamente integradas en nuestra sociedad, y unas políticas progresistas deberían ir encaminadas a protegerlas del aborto», ha insistido.