(Aica) Los cinco prelados del país explicaron que los objetivos de la iniciativa son los mismos que el papa Francisco propuso para el Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019, es decir, revivir la conciencia bautismal en relación con la misión de la Iglesia; despertar la conciencia de la missio ad gentes; retomar con un nuevo impulso la responsabilidad de proclamar el Evangelio, despertar la vitalidad misionera y colocar la misión de Jesús en el corazón de la Iglesia misma.
Para ello, los obispos proponen un recorrido en tres etapas de acuerdo a los tiempos fuertes del año litúrgico y que se basan en tres “llamadas”: la de la conversión personal y pastoral; la llamada a la comunión; y finalmente la llamada a la misión vivida en concreto, según el método clásico de la Iglesia iberoamericana, es decir, ver, juzgar y actuar.
Desde el Bautismo del Señor (13 de enero) hasta la Vigilia pascual, será el momento de «mirar nuestra realidad personal, comunitaria y eclesial» para volver a revivir el compromiso bautismal e iniciar el compromiso personal de «cambio que nos ayudará a ser testigos de la fe en una sociedad cada día más secularizada», explican en un comunicado.
El tiempo de Pascua será la oportunidad para que cada operador pastoral pueda «discernir lo que el Espíritu dice a las Iglesias» en este momento histórico, guiados por la lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Finalmente, a partir de Pentecostés, el objetivo será «actuar, salir a las periferias donde se necesita el alegre testimonio de los cristianos», conocer los lugares de la missio ad gentes en el mundo para colaborar con la oración y la solidaridad e identificar a nuevos misioneros, es decir, bautizados que puedan ser enviados desde Puerto Rico a todo el mundo.
El Año Misionero Extraordinario finalizará con una misa solemne en la que se lanzará el sexto Congreso Misionero Americano (CAM 6), que tendrá lugar en Puerto Rico en 2023, en la diócesis de Ponce.