(CEE) Durante la homilía, el nuncio del Papa en España ha señalado que «pedimos cada uno de nosotros perdón por nuestras infidelidades, nuestras omisiones, nuestros silencios y pasividades. El pecado es personal y cada uno tiene que llevar su responsabilidad en su conciencia. No es suficiente pedir perdón por los demás, por lo realizado irresponsablemente por quienes tenían un encargo pastoral y han dañado a la Iglesia».
Asimismo, ha afirmado que «hacemos un examen de conciencia personal pidiendo sinceramente perdón de nuestros pecados, como varias veces repetimos en la misa, <Señor ten Piedad de nosotros>».
«Los abusos contra los menores -ha precisado- ha sido algo muy grave y muy triste. Ha sido un escándalo para los fieles de la Iglesia, una vergüenza que rechazamos de corazón. Nos sentimos profundamente unidos con todas las víctimas inocentes, pensando en las graves palabras de Jesús en el evangelio contra los que escandalizan a los pequeños y los niños».
Por último, ha precisado que, «pidiendo perdón, tenemos al mismo tiempo que mantener nuestra confianza en Él; que siempre nos acompaña, siempre nos perdona. Reconocemos que todos somos indignos, pero repetimos también, Señor estoy aquí, Tú sabrás. Soy indigno, confío en ti».
La CEE su suma a la iniciativa del Papa
Esta jornada surge del deseo del papa Francisco que instó a las conferencias episcopales a elegir «un día apropiado en el que orar por las víctimas de abuso sexual como parte de la iniciativa de la Jornada Universal de la Oración».
La CEE acordó institucionalizar esta Jornada el Día Universal del Niño, el 20 de noviembre, y que en las celebraciones eucarísticas de este día, se introduzca una intención en la oración de los fieles por las víctimas de los abusos de menores. Para ello, la Comisión Episcopal de Liturgia ha preparado un subsidio litúrgico especial para esta Jornada.