(El País/InfoCatólica) El Gobierno trata de evitar ese impacto simbólico. Ya ha pedido ayuda a la Iglesia en España y ha sondeado al Vaticano, de momento sin éxito. En este contexto, la vicepresidenta, Carmen Calvo, viajará a Roma para reunirse con el Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin. El tema Franco será central en esa cita, prevista para otros muchos asuntos ordinarios.
El Gobierno no encuentra una fórmula legal para impedir que Franco sea enterrado en la cripta de La Almudena -debajo de la catedral- donde su familia compró una zona de uso «a perpetuidad» para los miembros del clan. Allí yace su hija Carmen, fallecida en diciembre de 2017. Por eso el Ejecutivo intenta que la Iglesia le ayude a convencer a la familia de que lo entierren en un lugar más discreto, como el cementerio de El Pardo, donde está su esposa.
El cardenal Osoro lo dejó muy claro el pasado 1 de octubre. «No tenemos inconveniente en acoger a nadie. Hay una propiedad de los Franco y, naturalmente, como cualquier cristiano, tiene derecho a poder enterrarse donde ellos crean conveniente», señaló cuando le preguntaron si la Iglesia aceptaría enterrar a Francisco Franco en la cripta de La Almudena.
Osoro dijo que «no es un problema del Arzobispo ni de la Iglesia». Y ahí está la clave. Ni el Vaticano ni el arzobispado quieren asumir el coste de rechazar el entierro. Piden que sea el Gobierno el que asuma esa decisión. Si la toma de forma legal, lo más probable es que la acaten, como han prometido con la exhumación. Pero el Ejecutivo no encuentra esa fórmula, más allá de apelar a algún motivo de seguridad o similar que siempre tendría el riesgo de que un juez echara atrás la decisión, un golpe aún más duro para el Gobierno.
«Los Franco han hecho una jugada maestra y el Gobierno ha sido algo ingenuo. La situación es diabólica», afirma Carlos García de Andoain, secretario del comité de expertos al que en 2011, el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero encargó el informe que por primera vez planteó la necesidad de exhumar a Franco del mausoleo. «Prefiero a Franco en el Valle de los Caídos que en La Almudena, junto al Palacio Real, en el eje de Oriente. Es un gol por toda la escuadra», sentencia.