(MSC/InfoCatólica) Las autoridades indonesias han confirmado este lunes la muerte de 1.203 personas en la isla de Célebes, afectada por un seísmo de magnitud 7,5 en la escala Richter registrado el viernes y el tsunami posterior, que llevó a la costa occidental olas de hasta seis metros. Se trata de un recuento provisional, pero se prevé que la cifra sea mucho más elevada. Aún se desconocen los daños en otros núcleos urbanos aún incomunicados y se teme que otros cientos de personas hayan quedado atrapadas bajo los escombros de los miles de edificios que se han derrumbado.
En este trágico contexto, la Provincia Española de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC) desea expresar su cercanía con Indonesia, donde la Congregación está presente desde 1903, al tiempo que reza por las víctimas y los supervivientes que lo han perdido todo.
El P. Paulus Laurentius Pitoy, religioso indonesio y miembro del Consejo General de los MSC, ha explicado que «la situación es muy difícil para la gente, tanto física como espiritualmente, debido a la destrucción». «La falta de servicios básicos está provocando un gran número de desplazados. Los habitantes de Palu tienen miedo, están traumatizados. Muchos intentan abandonar la ciudad por todos los medios posibles», ha proseguido. «Movidos por la desesperación, los comercios están siendo asaltados por personas hambrientas. La falta de alimentos es el detonante de la actual situación de caos», ha lamentado. Ante las graves dificultades que atraviesa el país del Sudeste Asiático, el sacerdote de origen indonesio ha agradecido «la simpatía, oraciones y solidaridad» de sus hermanos misioneros.
El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, ha asegurado que los daños por el tsunami son «extensos».
La ayuda logística, escoltada por soldados, ha comenzado a distribuirse entre los damnificados y el restablecimiento del servicio eléctrico continúa siendo una prioridad, ha detallado el portavoz oficial de la BNPB.
La llegada de equipo pesado a Palu, la capital de la provincia de Célebes Central y la ciudad más afectada, contribuirá a agilizar las tareas de rescate entre los edificios derrumbados.
Otra de las zonas que más preocupa es Donggala, con 300 mil habitantes y ubicada al norte de Palu, que permanece incomunicada.
La archidiócesis de Makassar y la diócesis de Manado han pedido ayuda internacional para hacer frente a la emergencia.