(Vatican News) Médicos Sin Fronteras (MSF) es testigo de una emergencia sanitaria y de salud mental sin precedentes entre los adultos y, especialmente, los niños, que permanecen en el campo de Moria, en la isla griega de Lesbos.
Idoia Moreno, enfermera y coordinadora de la clínica pediátrica que MSF gestiona en el terreno, describe la «inhumana» situación que se vive en las inmediaciones de un recinto que acoge a más de 9.000 personas cuando está diseñado para unas 3.100.
Por ello, la organización pide la urgente evacuación de todas las personas vulnerables, y en particular, de los menores, que padecen severas consecuencias de estrés manifestadas en autoagresiones; a alojamientos seguros en la Grecia continental y en otros estados miembros de la Unión Europea.
Un baño por cada 75 personas
«La situación actual en el campo de refugiados de Moria es totalmente inhumana. Sólo tengo una palabra para definirlo: es un infierno», explica Idoia Moreno asegurando que están desbordados y que no es posible garantizar una atención sanitaria de calidad, ya que las medidas higiénicas son totalmente insalubres.
«Existe un baño por cada 75 personas y una ducha por cada 85 personas. Por otro lado, los niños no tienen acceso a la escuela ni a ningún centro de atención médica», añade.
Intentos de suicidio en jóvenes
«En MSF estamos atendiendo menores de edad con certificados médicos del hospital que manifiestan que deben ser trasladados fuera de la isla para recibir el tratamiento que necesitan. Hay mujeres embarazadas con VIH que siguen en Lesbos desde hace 6 meses», denuncia la coordinadora, afirmando que como consecuencia de las terribles condiciones de vida, muchos niños y adolescentes han intentado suicidarse.
Ante este desolador panorama, la organización lanza nuevamente un llamamiento a Naciones Unidas, ACNUR, al Gobierno griego y a la Unión Europea, para que «descongestionen urgentemente la isla».